Patria Libre ha hecho de la vulgaridad una política. Trasvestidos de ‘nacionales y populares’, no se sabe dónde empieza el populista que quiere acercarse al marxismo o el marxista que quiere mimetizarse con el populismo. Ellos mismos se reivindican como una corriente que tiene ‘huevos’.

Tener ‘huevos’ en Ate es ofrecer una opción de lucha opositora como la han presentado los mineros del Turbio, los trabajadores de Astillero Río Santiago, los delegados de hospitales de casi todas las provincias del país, tener ‘huevos’ es presentar un programa de lucha y de independencia de los sindicatos del Estado.

Pero en ATE de Capital Federal, el representante más reconocido de Patria Libre ha puesto los ‘huevos’ en un puesto de la directiva burocrática, repudiada por el conjunto del activismo. Todas las corrientes de izquierda y activistas independientes están en la oposición, con la excepción de Patria Libre. Así es como acaba la vulgaridad en la política. Aunque, de aquí en más, con las crecientes luchas populares, para estar con la burocracia se van a necesitar además de ‘huevos’, una buena dosis de desvergüenza.