Sindicales

28/7/1998|594

Dos victorias obreras en cinco días

El miércoles pasado, los trabajadores de Luz y Fuerza de Córdoba se movilizaron ante el Directorio de la empresa estatal para reclamar el levantamiento de dos privatizaciones de sector, que involucraban despidos de personal de planta.


La movilización tuvo características combativas y de gran tenacidad: los compañeros anunciaron a las autoridades que no se retirarían del lugar hasta que se firmase un acta acuerdo dejando sin efecto la medida.


Ante esta situación, el director general tuvo que aceptar el acta-acuerdo, que previamente habían redactado los trabajadores. Al momento de la firma, entre los aplausos de los compañeros, todos los medios orales y escritos de la provincia registraron la escena.


Al día siguiente, una asamblea multitudinaria del gremio, festejó el triunfo obrero.


Cuarenta y ocho horas después, en horas de la madrugada, el gobierno de Mestre envió respuesta a ese triunfo: pateando puertas, en la oscuridad en esa hora, se llevaron presos a los compañeros Leiría, Suárez, Ditófino, Nuñez y Figueroa. Fueron a buscar también al compañero Seydel, pero estaba circunstancialmente fuera de su casa.


Cerrojo y pueblada


Creyendo que Seydel llegaba esa mañana en avión desde Buenos Aires, la policía del menemoradical Mestre rodeó el avión de Aerolíneas en plena pista con más de doce patrulleros y carros de asalto, procediendo a registrar uno por uno a los pasajeros que, azorados, bajaban por la escalerilla.


Para hacer este ‘cerrojo’ la policía debió cerrar el aeropuerto entero: Esto motivó que los taxistas, indignados, hicieran una ‘pueblada’, quemando neumáticos en protesta contra los guardianes, que cuando quisieron retirarse sin haber podido capturar a Seydel, no pudieron.


Inmediatamente de ocurridos estos hechos, se produjo una imponente movilización obrera a la cárcel y el juzgado criminal exigiendo la inmediata libertad de todos los compañeros.


Luego de reunirse los gremios cordobeses en la CGT se propuso discutir el adelanto de un paro general, proyectado para el 29, al día anterior, para plantear la inmediata libertad de los compañeros.


Ni bien enterado el gobierno de esto los liberó a todos, en dos tandas, incluyendo al compañero Seydel que se presentó ante el juzgado.


Este verdadero triunfazo obrero infligió dos derrotas en cinco días al mestrismo: sigue vigente el acta suscripta y los compañeros en libertad.


Pero, la maniobra es seguir el juicio penal para desconocer la validez del acta (plantea que firmo bajo “coacción”¡ante decenas de periodistas y policías presentes!)


El caradurismo y la desesperación van de la mano. ¡Abajo el proceso penal a los compañeros! Por un frente único nacional de lucha por el cierre de los más de mil procesos contra trabajadores.