Sindicales

10/3/2016|1402

Ecotrans: los desafíos de los trabajadores frente al derrumbe del grupo Cirigliano

Los Cirigliano han presentado hace unos meses un concurso trucho de acreedores cuando no existen razones que lo justifiquen porque Ecotrans es una empresa viable: entre la recaudación y los subsidios del Estado, se cuenta (con una buena administración) con los fondos necesarios para prestar un buen servicio


La larga lucha de los trabajadores de Ecotrans en defensa de su fuente de trabajo afronta ahora un nuevo desafío. Este mes, los sueldos no fueron depositados en tiempo y forma, argumentando que el gobierno nacional no había depositado los subsidios a las empresas de transporte. Semanas antes, una asamblea general, previo corte de servicios, venía de votar un plan de movilización frente al descalabro reinante.


 


El grupo Cirigliano ha hecho uso y abuso en la utilización discrecional y parasitaria de los subsidios. Los fondos fueron desviados a otros fines y no a mejorar el servicio y las condiciones de trabajo.


 


En pocos años vimos cómo su patrimonio crecía en forma exponencial a la vez que la empresa se derrumbaba como consecuencia de la falta de inversión.


 


Los Cirigliano han presentado hace unos meses un concurso trucho de acreedores cuando no existen razones que lo justifiquen porque Ecotrans es una empresa viable: entre la recaudación y los subsidios del Estado, se cuenta (con una buena administración) con los fondos necesarios para prestar un buen servicio.


 


Esta política se ha agravado en el último período, hasta desembocar en una situación terminal, como la actual, en que el deterioro de las unidades, la falta de mantenimiento, y la ausencia de repuestos y hasta el recorte de los recorridos, va provocando la parálisis de los servicios.


 


Ni vaciamiento ni desguace


 


Frente al derrumbe del grupo empiezan a levantar cabeza las tentativas de desguace de la línea. Y de posibles compras de la empresa, por pedazos, por parte de empresas de la zona conocidas entre los trabajadores como sumamente negreras, donde no respetan los convenios laborales.


 


Frente a esta situación, los trabajadores de Ecotrans preparan una campaña de denuncias y movilización, rechazando tanto el vaciamiento como el desguace y planteando la necesidad de defender un transporte para todos.


 


Los compañeros exigen al Estado una inspección integral a la empresa bajo control del cuerpo de delegados, para verificar la situación real y que se abran sus libros y sus cuentas para saber a dónde van a parar los recursos que la patronal recibe.


Reclaman que se forme una comisión de control integrada en forma conjunta por representantes del Estado y de los trabajadores a los fines de fiscalizar el movimiento de la empresa.


 


Todo esto debería traducirse en un plan de inversiones, cuya ejecución debe estar sometida a la supervisión común de los trabajadores y el Estado.


 


Dos estrategias


 


En medio de esta difícil situación se realizarán las elecciones de delegados en abril, cuando asistiremos al choque de dos estrategias. Por un lado, la dirección de la UTA, a la que responden una minoría de los delegados de Ecotrans que vienen haciendo la plancha ante el vaciamiento de la empresa y la amenaza de un desguace. Por otro, la de la lista Unidad, que históricamente ha defendido la estabilidad laboral, el cumplimiento estricto del convenio, desconocido por la inmensa mayoría de las patronales y la defensa, como ya sucedió en la histórica lucha ante la quiebra de Transporte del Oeste, de la totalidad de los puestos de trabajo de los compañeros.