ECOTRANS: Los trabajadores enfrentan el vaciamiento


La patronal sostiene, en las presentaciones en la convocatoria de acreedores, que la crisis actual obedece a un “exceso de personal”. Según los directivos de Ecotrans, el costo laboral representa el 74% de los gastos totales, muy por encima del promedio general que existe en las líneas de transporte y que oscila entre el 50 y 55%.


 


Se trata de una impostura. En Ecotrans, no sobran choferes sino que lo que faltan son unidades.


 


La demanda, lejos de achicarse, ha ido en aumento. Líneas claves que cubrían algunos de los recorridos que hace Ecotrans han desaparecido como el caso de la Lujanera y el tren ha entrado en el colapso.


 


La empresa debería contar en la actualidad con 400 vehículos en la calle. En la actualidad hay en circulación a lo sumo 200 unidades, lo cual, encima, es engañoso porque una parte de ellas queda varada y no completa su recorrido.


 


El problema no es el costo laboral sino el costo empresario. Ecotrans ha sido víctima de la ineficacia e indolencia patronal combinada con una política premeditada y consciente de vaciamiento. Asistimos estos años a una huelga permanente, pero de inversiones. Una inversión adecuada hubiera ampliado el nivel de recaudación y logrado, al mismo tiempo, una asignación más eficiente de los recursos humanos y materiales de la empresa, hoy mal utilizados.


 


La primera documentación presentada por la patronal en la convocatoria delata otra impostura. ¿Quiénes son los acreedores? La Afip y la UTA. Una parte importante de la deuda con el organismo fiscal es por la falta de pago de los aportes jubilatorios. Esto incluye no sólo las llamadas cargas patronales sino la parte que se le descuenta del salario al trabajador y que la empresa no deposita y la desvía para otros fines. Lo mismo ocurre con los aportes de la obra social.


 


Es decir, los principales acreedores son los propios trabajadores. Los Cirigliano no ponen un peso y vienen financiándose, junto con los aportes estatales, con la plata que se apropian indebidamente de su personal. Es una prueba lapidaria sobre el carácter parasitario y fraudulento de la gestión patronal.


 


Un tercer acreedor es el Banco Macro, que encabeza un fideicomiso que cobra y administra los fondos que recibe el grupo Plaza, incluidos los generosos subsidios del Estado. Lo más probable es que estemos frente a un dibujo que se ha orquestado con la connivencia del banquero, inflando las deudas o haciendo figurar deudas inexistentes.


 


En la convocatoria, la patronal ha informado que pretenden desembarazarse de las líneas nacionales. Se circunscribiría a la explotación de pisos provinciales y municipales. Vamos por lo tanto, a un achique de la empresa que, probablemente, sea acompañado por despidos. 


 


Denunciamos esta política de ajuste y alertamos contra el riesgo de un desguace, que es otra de las cartas que están en danza.


 


Rechazamos estas salidas, que además, han demostrado que son un rotundo fracaso. Los compañeros de Ecotrans plantean que se abran las cuentas y los libros de la empresa, que se haga una auditoria y que se investigue dónde han ido a parar los subsidios y los ingresos de la empresa. Y reclaman que los trabajadores, junto con el Estado, establezcan un control de la empresa de modo de asegurar que los fondos que ingresan se dirijan a concretar las inversiones necesarias para reactivar el servicio.