Sindicales

29/3/2001|700

El 21: un paro contra el que se fué

El acto del 20, reunió bajo la lluvia, más de 10.000 personas. La sacrificada columna de La Matanza, que marchó casi toda la noche, aportó unos 2.500 compañeros. Este canal de lucha en un momento culminante de la crisis política produjo, sin embargo, un verdadero operativo de vaciamiento de parte de las burocracias obreras.


La CGT de Moyano excluyó a UTA, que directamente no movilizó, con el argumento de que había que “preparar el paro del día siguiente”, como lo expresaron sus dirigentes en los plenarios previos. Luego, las raquíticas columnas de 200 metalúrgicos, 400 mecánicos y unos 500 camioneros sirvieron al solo efecto de cumplir con las formas.


La CTA se privó de movilizar a su principal gremio, el docente. Ctera realizó una descolocada e imposible movilización al día siguiente en medio del paro de transporte. La presencia de Ate respondió a un fenómeno expresado el día anterior en gruesos cortes de calles en innumerables puntos de la ciudad, en un cuadro de virtual paro general estatal. Fue el caso de las dependencias del Ministerio de Justicia, con edificios tomados del Registro de la Propiedad, con abandonos masivos en Segemar, Senasa, Pami, Inspección de Justicia y muchos otros.


La dirección de Maffei logró el milagro de realizar una concentración raquítica en medio del más formidable paro docente de los últimos tiempos y cuando todos los sectores de la educación se orientaban a la huelga general contra el recorte de López Murphy, cuya anulación no estaba clara en esas horas.


El vaciamiento de la movilización no pudo ser mayor y se hace más evidente ante la masividad del paro del 21. Moyano, De Gennaro y la CCC esquivaron convocar un nuevo paro activo nacional de 36 horas, esta vez en caliente, como factor de la crisis política que habría tenido por objeto no ya pegarle al fenecido ajuste de López Murphy sino quebrar el ascenso de Cavallo al gobierno.


Las 70.000 personas movilizadas tres días después en la marcha del 24 demostraron que la clase obrera no retrocedió del paro piquetero del 23 y 24 de noviembre. Retrocedieron sus dirigentes.