Sindicales

26/1/2018

El ajuste contra los medios públicos

Es necesaria una acción común de todos los sindicatos contra los despidos, por el pase a planta y el salario.

La ofensiva macrista sobre los medios públicos no se detiene: al despido de 24 trabajadores del Canal de la Ciudad, el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta le ha sumado un virtual vaciamiento de la emisora, al mantener cerrado el acceso a la misma incluso para los más de 100 trabajadores que se mantienen en funciones.


En el caso de Radio Nacional, a los despidos de fines de diciembre y principios de enero de periodistas eventuales y contratados –dos modalidades de precarización ampliamente desarrolladas por el kirchnerismo–, se combina con la incertidumbre de aquellos trabajadores cuyos contratos fueron prorrogados sólo por un mes y vencen el 31 de enero.


En la TV Pública, en donde estuvo el foco principal de agravios y ataques a los trabajadores, la eliminación de horas extras provocó el cierre de los noticieros durante el fin de semana. Incluso, por primera vez se llegó al extremo de no enviar personal propio a cubrir la presencia del Papa en Chile y Perú.


El golpe al bolsillo de los trabajadores que ha significado la eliminación de las extras no implica ahorro de ningún tipo, como han intentado vendernos el ministro “de medios”, Hernán Lombardi y los sacrosantos escribas vinculados de una y mil maneras a las nuevas pautas oficiales y privadas. El objetivo de este vaciamiento es la privatización periférica de la emisora con productoras que se llevan ´la parte del león´ del presupuesto, así como el ingreso de personal de la mano del macrismo, con funciones desconocidas. Sin ir más lejos, Lombardi aún debe una explicación sobre el contrato que mantuvo vinculada, hasta fin del año pasado, a la esposa del ministro Andrés Ibarra con la TV Pública, por la friolera de 200 mil pesos mensuales; los trabajadores exigen saber, de mínima, a qué se dedicó durante el largo tiempo del contrato.


La provocación del gobierno fue respondida por el Sindicato de Periodistas de Buenos Aires (Sipreba) con asambleas y movilizaciones diarias en las instalaciones del canal. A pesar de ser un gremio minoritario frente al Sindicato de la Televisión, las movilizaciones y denuncias públicas fueron abriendo un camino. Los despidos en Radio Nacional motivaron el paro común en Télam, Radio Nacional y la TV Pública y una asamblea común de los tres grandes medios públicos, que desnudó la intención del gobierno de ir a un ajuste sin precedentes mediante el despido de centenares de contratados y efectivos y un vaciamiento al servicio de las grandes corporaciones mediáticas.


Fue en ese marco que el Sipreba convocó a un abrazo solidario en la puerta del canal el pasado miércoles 24, que adquirió carácter masivo. Tan importante fue esta acción que incluso logró que la burocracia del SAT “se despertara de la siesta” y convocase a participar.


Si bien el gobierno ha tomado nota de los paros y movilizaciones, mantiene como un todo su política de ajuste. Consumado el atropello con las horas extras, es posible que el macrismo ahora pretenda retomar la emisión de noticias durante el fin de semana, modificando la política de francos –pero no el régimen de horas extras, lo que implica una pérdida muy importante de salario. A esto hay que sumarle que en la reunión con las distintas burocracias sindicales que actúan en el canal –y donde no se dejó ingresar al Sipreba–, el macrismo anunció una paritaria CERO para 2018, lo que sumado al ajuste que ya impuso implica una brutal merma en los salarios. En pocos días, con el cobro de los sueldos, se verá la verdadera cara del ajuste.


El plan de guerra contra los medios públicos y sus trabajadores plantea la necesidad de una acción común, sin distinción de sindicatos, que detenga la escalada del gobierno sobre la base de la reincorporación de todos los despedidos, del pase a planta permanente de los centenares de contratados y de la reposición de todos los cargos salariales eliminados, y con el reclamo de un aumento salarial que compense las pérdidas sufridas por la inflación.