Sindicales

8/8/1995|459

El caldero fueguino

Un “informe de inteligencia” que se pudo conocer en los últimos días advierte que “la tensión social sigue latente en Tierra del Fuego” (El Cronista, 1/8). Claro está que no hace falta ser muy “inteligente” para ver por qué sucede esto: la sistemática política de despidos y suspensiones de las patronales metalúrgicas, el desempleo abrumador y las amenazas patronales de retirarse de la isla.


En Ushuaia, Philco suspendió a la totalidad de su personal por 45 días; Noblex hizo lo mismo por un mes; Teleushuaia (Toshiba) cerró la planta y despidió a 66 compañeros; Bencer (Aurora), la fábrica más importante de la ciudad, comenzó a despedir supervisores. En Río Grande, las siete empresas metalúrgicas más importantes tienen a la totalidad de su personal suspendido; a ellas se suman Radio Victoria Fueguina e Hitachi, que también anunciaron la suspensión de su personal. Los despidos y suspensiones masivas provocaron una situación de “precariedad extrema» en las barriadas obreras de las dos ciudades, que la ola de frío agravó hasta límites intolerables.


Para acabar con esta situación hay que seguir el camino votado por las asambleas metalúrgicas: ni un despido ni una suspensión; reducción de la jornada laboral y reparto de las horas entre todos los compañeros. Expropiación bajo control obrero de toda fábrica que cierre o despida; por un subsidio equivalente al salario para todos los desocupados y suspendidos.