Sindicales

18/10/2018|1524

El clasismo encabeza una lista en el subte

Con vistas a ganar la conducción de la AGTSyP (Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y Premetro), en las elecciones del próximo 28 de noviembre, se constituyó un frente único de la oposición.


La Multicolor –así se inscribió- está constituida por las agrupaciones Naranja, que responde a la orientación del Partido Obrero, Bordó (por el PTS) y Violeta, desprendida del pianelismo (CTA Yasky) varios años atrás. A estas fuerzas se sumaron, con una representación menor, un grupo de propaganda – Bermellón (“Combate”) – escisión del PTS y otro menor con el color Azul. Los cargos centrales son ocupados por Claudio Dellecarbonara de la Bordó, a Sec. General y Christian Paletti, de la Naranja, a Sec. Gral. Adjunto.


La constitución de este frente viene a reparar, digamos así, la ruptura del frente Tricolor del 2011 que llevó a la cabeza en dicha elección a Charly Pérez. Fue cuando, en la última elección, del 2015, el PTS hizo un frente con la Violeta, para relegar a la Naranja, que debió presentarse sola y, así y todo, obtuvo la más alta votación de las fuerzas de la oposición, en términos relativos. Pero mediante ese mecanismo fue deliberadamente excluida de la minoría en la Directiva. Hoy, el clasismo encabeza la lista.


El comunicado difundido por la Multicolor plantea: “decidimos poner en pie este frente unificado, como alternativa a la actual conducción Roja y Negra que frente a cada ataque ha elegido no luchar”. Una definición muy importante, porque se postula como una conducción de lucha, y fuertemente crítica de una conducción kirchnerista, que ha rehusado el combate, ante fortísimos ataques antiobreros, en nombre de un recambio de Macri en las elecciones de 2019 por una coalición patronal peronista sin futuro.


La lista se ha definido, muy importante, por el rechazo al acta recientemente firmada por la conducción del sindicato, en la que se condiciona el derecho de huelga, la herramienta más preciada de los trabajadores del subte en su rico proceso de lucha contra la burocracia de la UTA, la patronal y el Estado.


Los principales reclamos serán banderas de la campaña, la reapertura de la paritaria y la recomposición salarial; la lucha contra la flexibilización laboral y la reducción de personal; que se agravarían con la renovación de la concesión a fin de año; la seguridad y salubridad abandonadas en el trabajo y en el mantenimiento de los trenes. Pero hay una precondición, el levantamiento de las decenas de sanciones, juicios y trámites de desafuero de delegados, con los que la patronal y el macrismo pretenden subordinar a los combativos trabajadores del subte a sus planes de ajuste.


La Naranja del Subte ha dado una fuerte batalla por la constitución de este frente único. Dos llamamientos masivamente distribuidos; el aporte de 40 candidatos y la propuesta de un programa. Impulsamos también un método de construcción, el asambleario, rechazado por los aliados, pero con el cual se construye nuestra agrupación y por el cual luchamos para todo el sindicato.


En la reciente elección de la CTA, la oposición –sólo de la Naranja y la Bordó- obtuvo, en el subte, un 25% de los votos. Un resultado que seguramente crecerá en estas elecciones por la existencia de esta coalición opositora, antiburocrática y combativa. Y por tratarse de una lucha más cercana al interés de los trabajadores, que la de una central, que en el subte, fue impuesta artificialmente y la masa de compañeros no reconoce como propia. Pero más allá de esto, esta campaña y este frente tienen que contribuir a la construcción de una organización obrera, que recobre la tradición del histórico cuerpo de delegados que conquistó la jornada de 6 horas por insalubridad y a la lucha por una nueva dirección en todo el movimiento obrero.