Un comunicado plagado de amenazas contra el movimiento obrero fue difundido por ​la Confederación Económica de la Provincia de Buenos Aires (Cepba), la Federación Económica de la Provincia de Buenos Aires (Feba) y la Unión Industrial de la Provincia de Buenos Aires (Uipba). Allí​ califican​ los piquetes y bloqueos como una “acción intimidatoria”, ​y a las huelgas y manifestaciones​ como “incompatibles con el respeto a los derechos constitucionales”.​

Esta flor y nata de los​ burgueses “nacionales” , a quienes Axel Kicillof le confía el “despegue​ económico de la provincia” -como enunció en la apertura de sesiones en la Legislatura el 1 de marzo-, apoya el cierre trucho del frigorífico ArreBeef en Ramallo ejecutado para chantajear a sus trabajadores y atacar la organización obrera, y la avanzada precarizadora contra el convenio colectivo en Lácteos Mayol de Cañuelas.

En Lácteos Mayol ​la ofensiva es respaldada por la​ Asociación de Pequeñas y Medianas Empresas Lácteas (Apymel), que vocifera contra los “reclamos desmedidos” y reclama “un convenio particular”.​ Estos “pequeños y medianos” empresarios pretenden colocar a los trabajadores en la ilegalidad, para azuzar la intervención del Estado y en particular de las fuerzas represivas​ contra la lucha. A esta campaña se sumó la Sociedad Rural de Lobos.

Esto cuando el sindicato lechero Atilra denunció que la “familia Mayol” no cumple con las condiciones de seguridad e higiene, en una empresa productora de alimentos,​ que mantiene a parte del personal fuera de convenio y precarizado, no paga horas extras sábados y domingos, y evade las contribuciones patronales para la seguridad social.​

En el caso de ArreBeef , el cierre de la planta es un lockout​ por parte de un gran frigorífico que faena más de 30.000 cabezas de ganado y exporta el 95% de su producción. Durante el ciclo 2020/2021, la familia propietaria​ tuvo un cupo de 1.613 toneladas de la Cuota Hilton que se coloca en el exterior. La patronal quiere​ extorsionar a los trabajadores para​ cortar de cuajo​ la ​organización de la planta e impedir​ la elección de nuevos delegados, mientras impone salarios de hambre con quincenas de 15.000 pesos.

El comunicado de las asociaciones empresarias tiran​ un cable a​ Alberto José Fantini, de la Federación de la Carne, y al gobierno provincial​ por elevación, agitando una pretendida violación de la “conciliación obligatoria” dispuesta por el Ministerio de Trabajo. El intendente de Ramallo, Gustavo Perié (del PRO), también rechazó el bloqueo ejecutado​ por los trabajadores en defensa de su fuente de trabajo y contra el intento de trasladar máquinas e insumos.​ El comportamiento del intendente macrista contrasta con la adhesión popular de la comunidad a la lucha de los obreros​ de ArreBeef.

​Las principales asociaciones capitalistas bonaerenses​ formaron así un frente único patronal​ contra las huelgas, piquetes y ocupaciones de planta, en un mensaje directo a Kicillof​ y a su mano derecha Sergio Berni. Pretenden que el jefe de la Bonaerense reprima en nombre de la “Constitución y las leyes” como hizo al desalojar a 1.200 familias sin techo del predio de Guernica, a pedido de los “desarrolladores inmobiliarios” de los barrios privados. ​Debe ser entendido como un adelanto del “pacto social”, al que se pliegan las burocracias oficialistas de la CGT y de las CTAs​ por orden del gobierno.

En defensa de la libre organización de los trabajadores y en apoyo a las luchas obreras, repudiamos el comunicado patronal y las amenazas antiobreras en vísperas de un nuevo 24 de marzo.​ Reclamamos la inmediata reapertura de Arrebeef con todos adentro, la apertura de los libros contables de la empresa y la satisfacción de los reclamos por salario y condiciones de trabajo. Rechazamos el “reencuadramiento” precarizador en Lácteos Mayol. ​