Sindicales

30/6/2016|1417

El conflicto sigue, a pesar de la burocracia

La huelga nacional petrolera que se desarrolló masivamente el lunes 27 en todo el país y continuó en Chubut, Santa Cruz y Mendoza hasta el martes 28, fue boicoteada primero por Guillermo Pereyra (petroleros Neuquén), que levantó el segundo día de paro en Neuquén.


La huelga nacional petrolera que se desarrolló masivamente el lunes 27 en todo el país y continuó en Chubut, Santa Cruz y Mendoza hasta el martes 28, fue boicoteada primero por Guillermo Pereyra (petroleros Neuquén), que levantó el segundo día de paro en Neuquén. El conflicto continúa porque el aumento del 30% decretado por el gobierno es insuficiente, porque no se garantizan los puestos de trabajo y por el subsidio a las petroleras. Las reuniones de la paritaria siguen y ha quedado en suspenso el paro del lunes 4 de julio en la Cuenca de San Jorge.


 


La masiva  huelga, por el 40% de aumento salarial, una suma puente de 50.000 pesos, la suba de equipos y el freno a los despidos fue arrancada por los paros de mayo de todo Comodoro, el posterior paro petrolero en Chubut y Santa Cruz y la presión obrera sobre los delegados. La semana anterior al paro, los “viejos” de Pecom -tercerizada de Pan American Energy- bloquearon la planta durante 48 horas contra 380 despidos. Las acciones contra los despidos no han cesado en la cuenca de San Jorge.


 


El levantamiento y  la “suspensión”


 


Pereyra saludó que el Ministerio de Trabajo haya intervenido y rebajó el reclamo al 30% de aquí a fin de año. Se deja ver que negoció este acuerdo con el gobierno, cuando en este gremio se juega gran parte de la batalla para golpear al conjunto de los trabajadores a través de los despidos masivos.


 


Abierta esta huella, Jorge Avila, secretario general del Sindicato del Petróleo y Gas Privado del Chubut planteó levantar la extensión del paro (previsto por 72 horas) siendo que el incremento alcanza sólo a los trabajadores de los yacimientos, deja afuera a los obreros que están suspendidos y se aplica sólo a los básicos. Presentó la negociación con el gobierno como positiva porque el Ministerio habría dado un paso atrás con una norma de flexibilización.


 


Los pulpos petroleros quieren reducir puestos de trabajo (hasta 20 mil), bajar el salario pasando de turnos de 12 a 8 horas, y flexibilizar las normas de seguridad para evitar cualquier freno de la actividad por inclemencias climáticas, como parte del esquema de una “paritaria por productividad”.


 


Según Clarín,  “Jorge Avila planteará sobre la mesa de negociación en unanimidad con las operadoras: un incentivo a la exportación para que el barril de crudo que tocó los 30 dólares, se equipare con el del mercado interno que se encuentra en 54,9 dólares. Esta medida implicaría unos 500 millones de dólares para el Estado nacional” (28/7).


Esta burocracia sindical K está alineada tras los subsidios en la Cuenca de San Jorge, desde ese lugar critica las importaciones de Aranguren que benefician a la Shell y defiende a la “nacionalizada YPF”. Mientras Pereyra está alineado con el gobierno nacional y el Ceo de la Shell, Aranguren.


 


Asambleas


 


Compañeros de Comodoro manifiestan que: “los delegados tratamos de dirigir el problema hacia las operadoras, cortar allí. El  trabajador va y después la comisión directiva carnerea y tira para atrás… mientras hay 2.000 viejos listos para echar. Y el lunes los 300 viejos de Pecom pueden quedar en la calle”.


 


La burocracia sindical no ha podido aún cerrar el acuerdo por el límite impuesto por los trabajadores. Corresponde defender el proceso huelguístico nacional, exigir la convocatoria a asambleas para tratar (y rechazar) la propuesta del gobierno y debatir un plan de lucha hasta arrancar el pliego original y la reactivación a costa de las ganancias de los pulpos.