Sindicales

13/12/2007|1021

El Congreso nacional de la CTA

Un saludo a la bandera

El 4 de diciembre, en un salón del Bauen, se realizó el VIII Congreso de la CTA. con la presencia de 502 delegados. La raleada concurrencia se hizo en el marco de la reforma aprobada en el nuevo estatuto de la Central, que impide la participación de la oposición, si no accede al 30% de los votos en distrito único nacional. Así, dejó afuera a decenas de secretarios generales docentes, comisiones internas combativas. En lo estrictamente estatutario este Congreso se ubicó a la derecha de los confederales de la CGT. Sin una voz discordante, las dos resoluciones aprobadas muestran que la CTA pretende “zafar” de 2008 sin un plan de lucha y sin fijar posición ante la caída salarial y las condiciones de trabajo de los dos gremios más importantes que representan, docentes y ATE.


Este congreso, sin un vestigio de democracia sindical, cristaliza el fracaso de la CTA en penetrar en los gremios industriales después de 16 años de existencia. No en vano, su secretario general apoya al gobierno. La sucesión de congresos regionales previos fueron una cáscara vacía.


“En consonancia con la historia de luchas y conquistas de la clase trabajadora y convencidos de que es posible articular una nueva experiencia de poder popular para revertir este modelo que beneficia a los grupos dominantes, estamos convocando al conjunto de las fuerzas populares a movilizarnos hacia la Plaza de Mayo el 22 de abril del año que viene para instalar la Paritaria Social y a auto-convocarnos en una Constituyente Social el 2 y 3 de agosto de 2008 en Jujuy para reafirmar la necesidad de un nuevo proyecto de Nación”, dice la resolución final.


Esta resolución, votada por unanimidad y “aclamación", es una radiografía de la impotencia. La “marcha federal” convocada para del 22 de abril se hará con independencia del inmenso polvorín que es el comienzo de las clases docentes con un gremio que ha quedado relegado en las escalas salariales y que tuvo siete meses de conflictos provinciales a pesar de la dirección del CTA. En varias provincias se ha luchado hasta el último día de clases; el debate sobre el no inicio del próximo ciclo lectivo se ha instalado en todos los rincones del país. La pretensión de instalar una paritaria social el 22 de abril es ir a comprar cuando “el pescado está todo vendido”.


Algo similar ocurre con la novedosa propuesta de una “constituyente social” auto-convocada para el 2 y 3 ¡de agosto! en Jujuy. Con esta gestación, la CTA pretende posicionarse frente a una propuesta de pacto social que el gobierno de los Kirchner pretende poner en funcionamiento antes de que comiencen las clases. La “autoconvocatoria” de la CTA en Jujuy vendrá acompañada de las Pymes y la banca cooperativa de Heller… cuando ya esté cerrado el pacto social y cerradas las discusiones de todos los convenios de los gremios más importantes. Parafraseando refranes populares para una “constituyente social”, agosto es nunca. No se va a encontrar en todo el documento de la CTA una sola vez la palabra Kirchner ni la palabra plan de lucha.


Sin pena ni gloria la CTA ha cumplido el doloroso trámite de hacer un congreso profundamente antidemocrático, que quiere posar de opositor cuando muchos de sus principales dirigentes se han pasado al bando del gobierno.

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