Sindicales

7/1/1999|614

El CTA y ATE deben romper con la Alienza

“No hay peor ciego que el que no quiere ver(lo que pasa en sus plenarios) ni peor sordo que el que no quiere escuchar (a sus bases)

El martes 29/12, ATE concretó una movilización de alrededor de cuatrocientos compañeros (prácticamente todos activistas de cada organismo público) frente al Ministerio de Trabajo, para repudiar el Convenio firmado por la ‘banda’ de Andrés Rodríguez y la ‘banda’ del gobierno e ‘iniciar la resistencia’ (el Convenio no está aún homologado, para lo que se necesita un decreto presidencial).


Estaban presentes junto a ATE caracterizados representantes del gremialismo centroizquierdista y aliancista, Piccinini (UOM de Villa Constitución), Caamaño (Utpba), V. Mendibil (Secretario GremialN Nacional del CTA) así como docentes ayunantes de la Carpa, jubilados de la Mesa integrada al CTA, etc.


Desde la conducción del acto se destacó la presencia de compañeros de la Biblioteca Nacional, recientemente desafiliados a UPCN, afiliados a ATE luego de la firma del convenio.


Hubo varios oradores, del Instituto Malbrán, del Senasa y de la conducción de ATE y el CTA. Todos se deshicieron en pronunciarse a favor de las luchas desa­rrolladas a lo largo del país y en contra del convenio negrero y de la flexibilización laboral.


Se denunció también que activistas de ATE fueron ‘patoteados’ por UPCN en algunos lugares, como el Registro Nacio­nal de las Personas.


Varios de los oradores centrales plan­tearon como medida fundamental de la lucha… un “plebiscito” (para que todos los trabajadores se pronuncien por el con­venio firmado o por el proyecto de ATE, el cual plantea un salario de ingreso a la Administración Pública de… ¡600 pesos!.


Pero la ‘perla’ fueron los conceptos que virtió Mendibil, orador central, en el senti­do que un supuesto triunfo *opositor’ el año que viene (¿será el de De La Rúa) iba a permitir que los trabajadores comprobe­mos efectivamente que ‘otro país es posi­ble’.


Con esta política, estas conducciones han conseguido vaciar de contenido las luchas y las movilizaciones, e incluso, que los trabajadores no quieran ni escuchar que se los convoque a sitio alguno.


Esto ha traído una gran crisis interna, que se desenvuelve y crece hace muchos meses (varios plenarios han dado cuenta de ello) y que está produciendo un impor­tante y rico debate en amplias capas de activistas que buscan salir de este ‘panta­no’ aunque todavía no saben muy bien cómo.


De lo que se trata es de organizarse y agruparse por organismo y por zona (como comenzaron hace tiempo los compañeros de los hospitales en la zona Norte del Gran Buenos Aires), de aprobar un programa de independencia de clase y de reclamar a ATE y a todos los gremios del CTA que, si no quieren cometer más traiciones y pre­tenden diferenciarse realmente de UPCN, deben romper con ‘su’ Menem (la Alianza).