Sindicales

11/6/2003|824

El documento del Inaes, una confesión de parte

El Inaes no es un organismo neutral. Se trata del órgano gubernamental encargado de controlar a las cooperativas.


El Inaes se ha tratado de meter en el proceso de recuperación de empresas ocupadas. No precisamente en la lucha, donde el Inaes ha brillado por su ausencia, sino a la hora de coparlas. Hasta el punto que ha conformado a mediados del año pasado una sección especial: la Uerec (Unidad Ejecutora de Recuperación de Empresas en Crisis).


La función de la nueva unidad – tal como detalla uno de los documentos oficiales del Inaes – es el “acompañamiento de las cooperativas, desde lo administrativo, técnico y legal”, pero advirtiendo que “en varias oportunidades no se han respetado los lineamientos básicos y se ha utilizado en beneficio de pocos el esfuerzo de muchos, generando un pseudo-movimiento (sic) que se ha desarrollado como inorgánico (sic), permeable a proyectos políticos partidarios (sic) y dependientes de soluciones mágicas (sic) que no se fundan en una cultura real de trabajo (sic) “.


Más adelante, agrega: “Existe conciencia clara que el movimiento cooperativo no representa a ningún partido político, sino que por el contrario está vedado a las cooperativas la politización de los emprendimientos”. El Inaes falta a la verdad, porque el cooperativismo nació por impulso del movimiento obrero socialista.


La lectura de estos párrafos aleja cualquier duda acerca de la autoría de la campaña contra “la politización de Sasetru”. Las “soluciones mágicas” que cuestiona el documento, serían los reclamos de subsidios y auxilio económico al Estado por los que se vienen movilizando Sasetru y otras empresas vaciadas y ocupadas por sus obreros. El documento rinde culto a una “cultura de trabajo”, que es el eufemismo para la autoexplotación y la autoprivación de los propios trabajadores de las fábricas recuperadas y bajo gestión obrera. Caro y Cia andan publicitando que los trabajadores deben sacar a flote a la empresa “a pan y agua”.


El documento oficial del Inaes no deja lugar a dudas sobre el sentido y la dirección social de este proceso. “¿Tienen quienes constituyen una cooperativa de trabajo – se interroga el Inaes – la voluntad de transformarse en empresarios y en propietarios de la empresa que intentan recuperar?” El Inaes aboga por este “cambio de mentalidad”, de modo tal de “dejar la pasiva postura (sic) de trabajador asalariado”. Está claro de que el Inaes alienta la sustitución de los trabajadores que arrancaron las expropiaciones de empresas, por los patrones – los viejos o nuevos. Es la consigna para vaciar el contenido transformador de las fábricas ocupadas bajo control y gestión obrera, y reciclarlas a Pymes. Estamos ante una política de copamiento de estas empresas por parte de grupos e inversores capitalistas.