Cuando la dirección de Suteba se apresta a levantar la huelga docente, sin que hubiera mediado para ello la obtención del reclamo elemental de la lucha, o sea la derogación del ajuste y el no pago en patacones, Clarín (26/8) informa que la Dirección General de Escuelas que comanda Bordón decidió pagarle al sindicato “una deuda antigua” por 653.396 pesos. Aunque el Suteba tenga derecho a este cobro, sorprende que el gobierno de Ruckauf lo haga efectivo en medio del derrumbe financiero de la provincia y hasta en pesos contantes y sonantes. Que se trata de un asunto “candente”, o sea claramente vinculado a la exigencia del gobierno de levantar la huelga, lo confirmó el propio Yasky, secretario general de Suteba y námero dos de Ctera, cuando se negó a un cruce por la radio con Bordón, alegando que sería “echar más leña al fuego”. Ruckauf no va a regalar, así porque sí, el dinero de su caja a una dirección sindical que además es de signo político adverso (la ex-frepasista Ctera apoya a la neo-frepasista Carrió).

Este “giro” de Ruckauf a Yasky empalma con la “mejor” tradición del sindicalismo de los Daer y los West Ocampo, que entregan las luchas, cada vez que pueden, cuando consiguen un “refuerzo” para sus cajas. Ahora, concretamente, Daer y compañía están peleando para evitar que Cavallo y Colombo les paguen con bonos una deuda por prestaciones médicas de alta complejidad, alegando que los títulos cotizan a 47 centavos (Ambito, 16/8). Que a Yasky le haya ido mejor que a Daer, muestra la importancia estratégica colosal que reviste la huelga docente.

¿Qué dirá de todo este “manejo” la impoluta Carrió?