Sindicales

22/8/2019|1561

El Gobierno posterga el aumento del salario mínimo

A fines de 2015 el ingreso vital y móvil rondaba los 600 dólares, pero hoy no supera los 210/20.

La postergación de la reunión del Consejo del Salario para el 30 de agosto, que el ministro Dante Sica –flamante incorporado a la mesa chica de Cambiemos– justificó por la necesidad de "planificar mejor el trabajo junto a las nuevas autoridades del Ministerio de Hacienda", revela la preocupación oficial por la explosividad de un tema que, entre los beneficiarios de programas sociales, trabajadores en negro, no convencionados y docentes, afecta a millones de trabajadores.


Lo que trascendió es que estarían estudiando eventuales medidas complementarias a las anunciadas en los últimos días. La oferta que el gobierno tenía en carpeta era elevar el monto mínimo a 16 mil pesos pero el desbarranque económico post PASO lo obligó a barajar y dar otra vez.


A fines de 2015 el ingreso vital y móvil rondaba los 600 dólares, pero hoy no supera los 210/20. En el ranking regional, la Argentina ocupa el puesto N°9 de un total de 20 países. Tras la última devaluación se estima que el desfasaje, frente a la inflación oficial y el tipo de cambio, supera el 50%.


La CGT y ambas CTA por primera vez llevarán una propuesta unificada: 31 mil pesos, correspondientes a la Canasta Básica Total (cbt) del Indec más un ajuste automático por inflación y el freno a los despidos.


Este reclamo expresa la justeza de la agenda instalada por los sectores combativos. La brecha entre este pliego y lo que se baraja es abismal. Sin embargo ya se sabe que no habrá la menor acción de parte de las centrales para conseguir lo que formalmente demandan. Hasta archivaron su tradicional movilización al inicio de las negociaciones. O sea que el reclamo es un saludo a la bandera.


Carlos Acuña y otros voceros se encargaron de aclarar que el ministro tiene recursos administrativos para resolver la controversia. Es decir, se viene un nuevo laudo (decreto) como los utilizados en los dos últimos años, que por supuesto merecerá sendos comunicados de repudio. 


La línea maestra de la burocracia sindical es mantener inmóvil a la clase obrera para “hacer valer el voto popular” y llegar a diciembre sin sobresaltos (como si la pulverización de los salarios y la profundización de la recesión no lo fueran).


Por estas horas la CGT  negocia contra-reloj un bono para los privados, similar al otorgado a los estatales, y algún paliativo para los jubilados, en sintonía con los anuncios de Macri. Los bonos salariales son la manera con la que se busca hacer pasar la brutal devaluación del 30% que tendrá efectos demoledores  en los próximos meses (aunque  los aumentos en los alimentos de los últimos días ya superan el 20%). La proyección anual ronda, para algunos analistas, el 70%.


La  coincidencia completa entre la decisión del gobierno de dejar escapar el valor del dólar y las insistentes declaraciones de Alberto Fernández respecto al supuesto atraso cambiario -cuyo equilibrio “razonable” ubica en torno a los 60 pesos- se traslada a estas medidas cosméticas que complementan la operación de confiscación.


La “senda del ajuste fiscal” ratificada por el recién asumido ministro de Hacienda, Hernán Lacunza, confirma  que “no existe espacio para más medidas de alivio”. De modo que cualquier expectativa en una significativa “mejora del número" del salario mínimo, como algunos medios sugirieron, es pura ilusión. 


El sindicalismo combativo, junto a los movimientos piqueteros que rechazan la tregua infame de la burocracia, redoblan sus esfuerzos por impulsar la movilización obrera en defensa de los salarios, las jubilaciones y los puestos de trabajo.


El jueves 22 de Obelisco a la Secretaria de Trabajo, para denunciar esta postergación y luego a Plaza de Mayo.