Sindicales

5/11/2020

Puerto de Buenos Aires

El gobierno reconoce la crisis de Terminal 5 y peligran cientos de puestos de trabajo

Se desarrollan plenarios, movilizaciones y paros de los distintos gremios portuarios.

El gobierno acaba de reconocer, este miércoles 4, en una reunión entre algunos gremios del Puerto de Buenos Aires y la Administración General de Puertos (AGP), la negativa a prorrogar la licencia de la empresa Bactssa, la cual opera la Terminal 5 del puerto. La misma vence en mayo del año próximo y vuelve a instalarse la incertidumbre sobre la continuidad de los puestos de trabajo.

Los trabajadores de los distintos gremios del puerto (guincheros, estibadores, apuntadores, marina mercante y capataces, entre algunos) se encuentran en un profundo estado de deliberación y movilizados ante la amenaza de sus puestos de trabajo. Mientras algunos vienen de una movilización a la AGP el miércoles 4 y preparan un plenario para el jueves 5, otros como el Supa (estibadores) convocan a medidas de fuerza para el viernes 6.

La reestructuración privada del puerto

Si hay algo que caracterizó al Puerto de Buenos Aires durante los últimos años es la guerra comercial por el control de las operaciones de las cinco terminales que componen el mismo y que concentran un 62% de la carga de contenedores del país.

La prolongada crisis de las licitaciones, que culminó con una prórroga de los contratos de dos de las tres operadoras portuarias hasta el 2022 (APM Terminales y Terminales Río de la Plata), aún da que hablar, ya que la empresa Bactssa no habría integrado estas gestiones.

Lo que ahora quiere presentarse como una desinteligencia o un error administrativo, que estaría precipitando la retirada de Bactssa, ya fue denunciado desde las páginas de Prensa Obrera y desde la agrupación Naranja Portuaria, como la orientación fijada por el gobierno de Alberto Fernández de reducir la operatoria portuaria a tan solo dos empresas.

Fernández no se atrevió a tanto como Macri -que había presentado un proyecto de licitación con una sola operadora portuaria a 50 años de contrato- sino que procedió por atrás, produciendo en los hechos una concentración de la operatoria en dos empresas. Cuando llegue la hora de la licitación, este gobierno habrá impuesto su orientación antes de presentar proyecto alguno, frente a la impávida mirada de las direcciones sindicales que confiaron en él.

Otras fuentes indican que lo que habría detrás sería la “mudanza” del Puerto de Buenos Aires a TEC Plata (La Plata), liquidando la última jurisdicción nacional del puerto para habilitar un negocio multimillonario con las cotizadas tierras de la zona: otro negocio que compartirían el gobierno de Fernández y la oposición patronal de Cambiemos.

La crisis de los puestos de trabajo

El Puerto de Buenos Aires cuenta con una capacidad de operatoria calculada en 1.5 millones de TEUs totales (unidad de medida de capacidad del transporte marítimo expresada en contenedores) por año. Sin embargo, en los últimos cinco años viene trabajando tan solo al 60% de esta capacidad (unos 900 mil TEUs en promedio por año), lo que ha despertado todo tipo de proyectos y planes de reestructuración privada del puerto, para eliminar mano de obra “excedente” y aumentar la productividad del trabajo. Como habría señalado el anterior interventor de AGP, al puerto le “sobrarían” unos 500 trabajadores.

Estas estimaciones siempre han sido resultado de las especulaciones y los cálculos de los grupos capitalistas, debido a que las direcciones de la multiplicidad de sindicatos presentes en el Puerto de Buenos Aires –la mayoría nucleados en la oficialista Fempinra y por otro lado el Supa- han renegado de ofrecer una alternativa propia a esta situación, encolumnandose detrás de una u otra variable patronal y gobierno: unos con TRP (Dubai Ports) y Fernández y otros APM Terminales (Grupo Maersk) y Macri.

Solo la Naranja Portuaria planteó una salida alternativa, en función de priorizar los intereses de los trabajadores, que establece la defensa del conjunto de los puestos de trabajo, la absorción por parte de AGP de la operatoria de la Terminal 5 y, al vencimiento de las concesiones, del resto de las terminales, para garantizar la explotación del puerto bajo control de los trabajadores. El reparto de las horas de trabajo, sin afectar el salario, para evitar despidos, en el cuadro de una actividad totalmente dolarizada, donde s e pagan salarios en pesos, por detrás de la devaluación y la inflación.

Defendamos todos los puestos de trabajo y las condiciones laborales

Hace unos pocos días, distintos medios señalaron que el gobierno habría llegado a un acuerdo con las dos empresas restantes para absorber al personal de Bactssa, sin embargo a la fecha no hay nada cierto. No se ha especificado si se trata del conjunto del personal o si solo de los trabajadores efectivos, dejando cientos de tercerizados en la calle. Tampoco de si Terminal 5 seguiría operando o si los trabajadores deberían integrarse a las otras terminales, con las complicaciones que eso conlleva (superposición de tareas, desplazamientos, desconocimiento de categorías y derechos adquiridos, entre otras).

La retirada de Bactssa vuelve a desencadenar la crisis del Puerto de Buenos Aires, postergada momentáneamente por la prórroga del gobierno. Se vuelve urgente organizar la deliberación de todos los trabajadores portuarios en asambleas intergremiales –acciones recientes como las del Supa, apuntadores y parte de guincheros demuestran que es posible- para discutir y resolver un plan de lucha conjunto, de todos los gremios, por la preservación de todos los puestos de trabajo, las mejores condiciones y derechos de los trabajadores y una salida alternativa, de los trabajadores, contaría a los planes privatistas del gobierno y sus socios comerciales.