Sindicales

24/2/1994|412

El Hospital Posadas nuevamente en conflicto

Después de varios años de deterioro progresivo, que llegó a 150 camas, por falta de política de salud y presupuesto adecuados, se decidió el paso del hospital a la Provincia de Buenos Aires en el marco de la “reforma” (liquidación del Estado). Esto llevó a dos largos años de incertidumbre, intervención mediante, en los que la Provincia no quiso hacerse cargo y la Nación al fin tomó la “decisión política” de incorporarlo para un plan piloto de “hospital de autogestión”. Pero el decreto de necesidad y urgencia de fines del año pasado no salió, la ley de presupuesto tampoco lo volvió efectivamente a la Nación, con lo que corren serios riesgos los aumentos en negro que ya cobramos los últimos tres meses del ’93, y más grave aún es la fuente de trabajo de 400 compañeros contratados y subsidiados, con los que se pudo llegar nuevamente a 400 camas funcionando.


Esto pone a toda la zona Oeste del Gran Buenos Aires en situación de emergencia sanitaria, dado que en el marco del aumento del cólera y la meningitis, se cerraron 30 salas en Merlo, está cerrado el Paroissien de La Matanza y ahora el riesgo de cierre de camas en el Posadas.


Por eso estamos nuevamente en pie de lucha, hemos hecho paros los días 4 y 9 de febrero, realizándose en este último día una movilización al Ministerio de Salud:


Por el decreto que nos ponga definitivamente en la Nación;


Por la inclusión del personal en el SINAPA y la carrera profesional;


Por la ampliación de la estructura para nombrar al personal contratado;


Por un hospital de 600 camas con un presupuesto adecuado, al servicio de la comunidad;


Contra la autofinanciación y el arancelamiento que se desprende del decreto de autogestión hospitalaria;


Por el pago inmediato de las deudas salariales y previsionales.


general de fábrica que debe pronunciarse por:


* la defensa incondicional de los puestos de trabajo;


* igual salario a igual trabajo. No a la rebaja salarial;


* aumento del 30% ya;


* no al incremento de los ritmos de producción. Abajo la “flexibilidad” laboral.