Sindicales

17/4/2020

El Ministerio de Trabajo profundiza su orientación patronal

Tras avalar los despidos en Techint, abre agencias para habilitar suspensiones con reducción salarial

Delegado ATE Trabajo Agrupación Tribuna Estatal - Naranja

El Ministerio de Trabajo -MTEySS- ha dispuesto el restablecimiento de la actividad en sus Agencias Territoriales de todo el país a partir del martes 14/4, con guardias mínimas, orientándolas expresamente a la homologación de suspensiones con reducción salarial y a la tramitación de procedimientos preventivos de crisis. Es decir, el ministro Moroni no pone en pie al MTEySS para atender el delicado cuadro de desocupación y subocupación -previo a la pandemia y ahora agravado- mediante la reactivación de políticas de empleo; tampoco para inspeccionar condiciones de higiene y seguridad laboral, o la provisión de elementos de protección personal en empresas; mucho menos para reponer trabajadores en sus puestos ante la avalancha de suspensiones y despidos ilegítimos. Por el contrario, pone el Ministerio a disposición de la enorme demanda de las empresas para suspender y reducir salarios. Una vez más, en lugar de intervenir en la crisis en defensa del trabajo y el salario, el MTEySS sale al rescate de los intereses de la clase empresaria.


Señalábamos hace unos días la situación de parálisis del MTEySS antes y después del estallido del coronavirus. Advertíamos, también, que ante la ofensiva de incumplimientos patronales -reducciones salariales de hecho, suspensiones, despidos- las pocas políticas del organismo se orientaban al rescate de los intereses de las empresas en perjuicio de los puestos de trabajo y el salario. A partir de entonces, el MTEySS -y el gobierno nacional- siguió dando pasos firmes en esa dirección.


Así, y pese a que el propio presidente había despotricado contra el “miserable” de Paolo Rocca, en el caso “Techint” finalmente el MTEySS dictó la conciliación obligatoria para homologar los 1.450 despidos, volviendo letra muerta el decreto 329/2020 que supuestamente debería prohibirlos.


Se conoció luego el Decreto 367/2020, que si bien obliga en principio a las ART a dar cobertura a los trabajadores que contraigan coronavirus, deja la decisión final en manos de la Comisión Médica Central -siempre muy “permeable” al lobby de las ART- y excluye a un gran universo de trabajadores. Una vez más, Gustavo Morón, superintendente de Riesgos de Trabajo nombrado por Macri en 2016, al servicio de los negociados de las ART.


Trascartón, y ante el escándalo por los descuentos en McDonald's, Burger King, Mostaza y otras cadenas de comida rápida, el MTEySS resolvió intervenir, aunque no para rechazar las rebajas de plano, sino para habilitar una “instancia de negociación” entre el Sindicato de Pasteleros y las empresas. Demás está decir: empresas multinacionales, con ganancias extraordinarias, incluso subsidiadas por el Estado argentino, que paga parte del ya magro salario de muchos de sus precarizados trabajadores a través de programas de empleo. Ahora bien, ¿cuál es el objeto de esta negociación que impulsó el MTEySS?: en efecto, pactar rebajas salariales. 


Recordemos que lo que el gobierno ha “prohibido” es la rebaja salarial “unilateral” o “de hecho” -aunque, en definitiva, casi todas las empresas la practiquen a diario ante la “vista gorda” del MTEySS-. Sin embargo, el propio decreto 329/2020 de prohibición de despidos y suspensiones, tardío y repleto de limitaciones, ofrece una herramienta “legal” para reducir salarios. Estamos hablando de las suspensiones previstas en el Art. 223 bis de la Ley de Contrato de Trabajo, introducidas en pleno menemismo y aún vigentes, fundadas en falta o disminución de trabajo o fuerza mayor, que pueden ser pactadas entre empresas y trabajadores/gremios -y luego homologadas por el MTEySS- “acordando” el pago de una “prestación no remunerativa” inferior al “salario” por la que sólo se realizan contribuciones al sistema de obras sociales/ART -se declara exento al patrón de las demás cargas patronales, lo cual, a su vez, conduce a un mayor desfinanciamiento de la ANSeS y a nuevos saqueos jubilatorios.

 

Cierto es que estas suspensiones deben realizarse “conforme normas legales vigentes”, es decir, iniciando un Procedimiento Preventivo de Crisis -PPC; Ley 24.013- o efectuando la comunicación al MTEySS prevista en el Decreto 328/88. Sin embargo, ambos trámites, supuestamente obligatorios en caso de despidos o suspensiones por falta de trabajo o fuerza mayor, lejos de frenar las ofensivas patronales, por lo general sirven para darles un canal “institucional” -se llega al colmo de establecer un plazo de negociación, transcurrido el cual la empresa puede continuar con su medida sin que el MTEySS pueda obligarla a recular-.


En definitiva, el famoso decreto que habría venido a frenar las suspensiones, deja un enorme portón abierto para habilitarlas mediante el MTEySS, y hasta con rebajas salariales.


Así, en cuestión de horas se multiplicaron las negociaciones para “pactar” rebajas salariales entre gremios y empresas, muchas con décadas de ganancias extraordinarias -Acindar, Ternium-Siderar y Buquebus-. Incluso algunos gremios como la UOM -el mayor sindicato industrial- o Comercio, hacen punta en salir a ofrecer “salarios al 70%” para “proteger las fuentes de trabajo”. 


Pese a semejante ofensiva de los empresarios, el ministro Claudio Moroni negó esta semana en el Congreso que exista una avalancha de despidos, suspensiones y rebajas salariales. Sin embargo, reestablece el funcionamiento del Ministerio en todo el país para habilitar “legalmente” este golpe de conjunto al salario y condiciones de vida de los trabajadores.


Los trabajadores debemos intervenir


En este cuadro, las y los trabajadores del MTEySS tenemos que intervenir. Organizarnos para exigir, primero, condiciones adecuadas de higiene y seguridad, así como la provisión de elementos de protección personal, en todas las oficinas del Ministerio. Luego, políticas públicas y financiamiento para defender a fondo el salario y el trabajo: prohibición legal y retroactiva de los despidos con vía expedita de reposición del trabajador en su puesto; prohibición de todas las suspensiones; estatización bajo control obrero de toda fábrica que cierre o despida masivamente; blanqueo de oficio de trabajadores constatados “en negro”; ninguna rebaja salarial: apertura de los libros de las empresas, salario igual a la canasta familiar; pase a planta o CCT principal de los precarizados y tercerizados; creación de trabajo genuino con planes de obras públicas bajo control obrero; apertura ilimitada de los programas asistenciales a todas las familias sin trabajo, aumento de los programas y actualización por inflación, sumas de emergencia a desocupados; jubilación del 82% móvil del salario de actividad mediante reposición de contribuciones patronales reducidas por todos los gobiernos desde el menemismo.


El gobierno nacional, defensor de la “unidad nacional” entre los trabajadores y los empresarios que “resuelven” la crisis despidiendo y rebajando nuestro salario, y enfocado en seguir pagando cientos de millones de dólares a los bonistas y al FMI a costa de nuestras vidas y condiciones de trabajo, es incapaz por definición de desarrollar un programa semejante.


Solo las y los trabajadores, con nuestras organizaciones sindicales y políticas, con un programa propio y de independencia respecto de la clase empresaria y sus partidos, podremos construir un gobierno que dé verdadera respuesta a nuestras necesidades.