Sindicales

22/12/2009|1113

El MST en la vereda de la paz social kirchnerista

Con Kraft, el MST se había colocado en la vereda de la paz social kirchnerista; con el Subte, entró en la casa.

Guillermo Pacagnini, en Alternativa Nº 512, critica al PO por la “la falta de sensibilidad con las necesidades obreras” debido a nuestra delimitación del acta que depuso la lucha por la inscripción del nuevo sindicato por el plazo de un año.

Cuando los obreros de Kraft votaron contra la lista firmante de la paz social, el MST corre presuroso a cerrar la brecha, apoyando una paz social en el Subte. Dicen que “se refiere sólo a paros contra UTA o por la inscripción gremial”, pavada de restricción.

Pero veamos el tema de la paz social sólo con la UTA. Al descartar la lucha por la simple inscripción, bloquea todavía más la lucha por la personería gremial que es la batalla de fondo; es decir, por un sindicato firmante de convenio e interlocutor de salarios, que es lo más importante a la “sensibilidad” de la familia obrera del Subte.

El MST está tan afuera –o tan adentro– del núcleo del problema, que no reivindica en su artículo la vía jurídica para obligar al ministerio a cumplir la ley. Y, confirmando esta posición, se opuso tenazmente a que el documento del 20 de diciembre levantara la bandera de la inscripción, para sorpresa incluso de los defensores del “paso adelante”. Ni hablar de las palabras “paz social”, cuya denuncia también vetaron.

Pacagnini “olvida” que, de acuerdo con el acta, los reclamos deberán pasar por Tomada, algo inadmisible. De manera que, más que nunca, luego de haber obligado al gobierno a este reconocimiento “sui generis” de los fueros de los delegados, reafirmamos el pliego para la etapa: reclamar ante la Justicia para quebrar la negativa del ministerio a cumplir la ley y lograr la inscripción de manera soberana y no atada a ninguna paz social, luchar por el reconocimiento directo de la patronal sin intermediarios, elevar todas las reivindicaciones por medio del Cuerpo de Delegados y, a su turno, la propia reivindicación salarial, por paritaria con los trabajadores del Subte y no con la patota de la UTA.

El nuevo sindicato del Subte no es el sindicato paralelo a la UTA, es el sindicato de todos los obreros del Subte. Y, a la primera agresión o atropello de la patota o de la patronal, la paz social se la meten en el culo. Este es el punto estratégico para no quedar atados al acta gobierno-CTA-MST.

Digamos por fin que, el 14 de diciembre, el Cuerpo de Delegados y el nuevo sindicato se han presentado ante la Justicia a reclamar la inscripción. El MST ha quedado a su derecha.