Sindicales

7/8/1996|505

El paro del 8 en Córdoba

El paro del 8 en Córdoba va a ser con abandono de tareas y movilización, a partir de las 10 de la mañana. El jueves 1º, las tres centrales sindicales (MOAS, CGT, CTA) realizaron un ‘ensayo’ convocando a las comisiones internas y delegados a cortar los puentes y accesos a la ciudad y concentrarse finalmente en Colón y General Paz. Participaron casi todos los gremios y se concentraron más de 500 trabajadores al grito de “Paso, paso, se viene el Cordobazo”. Los que cortaron los puentes fueron brutalmente reprimidos por la policía con balas de goma y gases lacrimógenos, quedando unos 20 heridos y 3 detenidos, que luego fueron liberados. La represión policial provocó mayor indignación y bronca, fortaleciendo aún más las tendencias a parar y movilizarse el 8.


La decisión de la burocracia de unirse (por primera vez después de mucho tiempo) en una acción común es la expresión del agravamiento de la situación social que vive la provincia, que la burocracia quiere encauzar ante la rebelión que se incuba en los trabajadores. En los últimos meses, la crónica diaria revela que la situación de miseria popular está provocando un estado de rebelión: el empadronamiento de los desempleados, movilizaciones sobre los supermercados, ‘insurrecciones’ en los barrios por el reparto de los bolsones.


La burocracia responde limitada y tardíamente al reclamo de una acción común, que se expresó en ocasión de la lucha en Ciadea, Pritty, talleres metalúrgicos y fábricas del calzado. Pero, además, expresa también el agotamiento de la política central de los dirigentes sindicales (sobre todo, de los gremios estatales), la de formar mesas de concertación con Mestre para negociar la ‘salida’ de la emergencia. Esta política hizo agua por la profunda crisis del Estado provincial y la total incapacidad de Mestre de gobernar sin golpear duramente a los trabajadores. La burocracia busca una vía de negociación, por eso plantea la suspensión de la emergencia y no su derogación; reclama una “tregua social” para que no haya más despidos, pero no la reincorporación de los cesanteados, el reparto de las horas de trabajo y el subsidio a los desocupados; critica la “improvisación” de la reforma educativa, la falta de consenso para aplicarla y no reclama su derogación lisa y llana y la defensa del secundario, la inmediata implementación de los talleres en las técnicas.


La lucha de los trabajadores ha tenido un viraje con la aparición en escena de los trabajadores mecánicos de Ciadea, cuya lucha no se ha cerrado (ya el sector de Mantenimiento está en quite de colaboración). Es, entonces, la oportunidad del reclamo a la CGT, el CTA y el MOAS de la convocatoria a un plenario abierto de delegados y activistas de todo el movimiento obrero, que prepare el paro del 8 y un próximo paro de 36 horas.