Sindicales

19/10/2018

El paro sin fecha de la CGT: un anuncio para hacer pasar el Presupuesto del gobierno, los gobernadores y el FMI

La burocracia, con la cabeza puesta en el rearmado del peronismo.

El anuncio por parte de los integrantes del binomio que conduce la CGT de que la central llamaría a un paro de 36 horas –“aunque todavía no está definida la fecha”– si es que “no cambia la política económica” y porque "el macrismo perdió toda sensibilidad social”, todavía tiene que pasar por el laberinto de la confirmación. Esto pese a que el alza de precios de setiembre fue uno de los más altos de los últimos 20 años y la inflación llegaría al 50% en los doce meses de este año.


Sin duda, las declaraciones en ese sentido de Carlos Acuña y Héctor Daer son, en primer lugar, una respuesta de contención a la bronca creciente por la situación crítica que viven los trabajadores y los demás sectores populares por el ajuste, con una pérdida en el poder adquisitivo de los haberes como no se producía desde la debacle del 2001 y que está empujando a la miseria a una masa de obreros y jubilados que hoy no llegan a cubrir las necesidades básicas de sus familias.


Pero también se trata de responder a la crisis creciente de la CGT que está desgajándose, con una importante cantidad de gremios encabezados por el moyanismo que se han retirado de la central y que presionan por un acuerdo que les permita retomar la conducción de la organización.


Al mismo tiempo que el actual binomio cegetista anunciaba la posibilidad de realizar el paro, Pablo Moyano proclamaba que el grupo de gremios que integra Camioneros va por “una CGT combativa, para ponerse al frente de todos los reclamos de los trabajadores”, aunque también evitó toda referencia a la concreción de un necesario plan de lucha contra el ajuste del gobierno y el FMI.


El anuncio cegetista también se enmarca en la política del PJ de esmerilar al gobierno, sin afectar la gobernabilidad, para prepararse como alternativa frente a la debacle del macrismo de cara al 2019. La CGT tuvo un papel importante en el acto de Tucumán y avanza en su integración en el proceso de reagrupamiento del peronismo.


Se trata de que el macrismo pague los costos políticos del ajuste, que puede llevar a cabo… por el apoyo del peronismo. Así, en pocos días sería aprobado el Presupuesto del 2019, que sigue al pie de la letra los dictados del FMI y allí estarán los necesarios votos positivos peronistas en el Parlamento. Por si cabe alguna duda, apenas 24 horas después del acto del 17 de octubre en Tucumán, el Presupuesto 2019 dio un paso clave –con los votos del pejota– en la comisión de Diputados.


De esta dirigencia los trabajadores no pueden esperar ninguna salida. Si el paro finalmente se concretara –sería el quinto en los casi tres años del gobierno macrista, todos aislados con varios meses en el medio– sería, como los anteriores, una válvula para descomprimir la bronca obrera y sin ninguna continuidad necesaria para derrotar el ajuste del gobierno nacional, los gobernadores y el FMI.


El clasismo y los sectores combativos tenemos como tarea agrupar al conjunto del activismo para la pelea por un paro activo de 36 horas, con abandono de plantas y movilizaciones a todos los centros políticos del país, como primer paso de un plan de lucha progresivo hasta derrotar el ajuste.


En este camino está la pelea por un congreso de bases para que lleve adelante las medidas y discuta una salida propia de los trabajadores.