Sindicales

25/5/2000|666

El PC vuelve a apoyar los convenios por empresa

En un nuevo reportaje, el PC confirma su apoyo a la atomización sindical. Volviendo a utilizar un mecanismo anterior, el periódico Propuesta dedica tres páginas, incluyendo las dos centrales, al abogado laboralista y profesor universitario Mario Elffman. Consultado sobre la posición de la CTA expuesta en el documento “Reforma Laboral: ¿ajuste o democracia?”, Elffmann dice: “Hay una primera parte (del documento) descriptiva general, muy lograda, concreta, cierta, lógica, razonable…Y hay una segunda parte en la que la cuestión a resolver es si uno está o no de acuerdo con que todo sea negociable”.


La CTA plantea justamente que las partes fijen “el ámbito funcional y territorial”, lo que habilita la existencia de convenios por empresa, por Pyme, por profesiones, por localidad o por región; o sea, una política de fractura de la clase obrera ante las patronales. Sobre esto el abogado entrevistado por el PC no deja lugar a ambigüedades: “Creo que ahí ya priman cuestiones de orden táctico … en la negociación se puede llegar a obtener un provecho aun en las peores condiciones” (Propuesta, 9/3).


¿Una cuestión ‘táctica’ los convenios por empresa o zona, o más bien una política para atomizar la organización de los trabajadores, para rebajar aún más sus salarios y descomponer las condiciones de trabajo? En el lenguaje de Beatriz Nofal (UCR, Alianza) en el debate en Diputados: “¿De qué otro modo, sin convenios por zona que sean soberanos, podemos lograr que los salarios del interior se adapten a las realidades provinciales?”.


La dirección del PC apela al método de los reportajes porque su política choca con su propia gente, y ni qué decir el activismo.


La indestructible unidad de la CTA y el PC


Precisamente, cuando salió el proyecto de reforma laboral de la Alianza, el PC le criticó, no la atomización del movimiento sindical, sino “la primacía de las organizaciones con personería gremial sobre las simplemente inscriptas (muchas de las que adhieren a la CTA) garantizando el monopolio de la CGT en la negociación”. Esto invalidaría, según la dirección del PC, el “carácter progresista (de) la intención de habilitar la negociación por empresa con el cuento de que debilitaría a la burocracia sindical” (Propuesta, 3/2). Es decir, la atomización obrera sería progresiva si habilitara derechos de negociación a los gremios de la CTA.


Esta es, letra por letra, la posición de la conducción aliancista de la CTA, cuya única divergencia de peso con el proyecto oficial era que éste habilitaba sólo a los sindicatos con personería gremial reconocida para negociar y firmar convenios. Por eso se le critica que deja “intactos los privilegios del gremialismo empresarial y del sindicalismo de estado” (Propuesta, 9/3). Por estas razones la CTA y el PC estuvieron a la rastra de la movilización obrera contra la reforma laboral y son un peso muerto para los trabajadores.