Sindicales

27/6/2002|760

El pez por la boca muere

Como parte de la ofensiva represiva leguleya para desalojar la fábrica, finalmente el patrón Zanón se decidió a hablar públicamente a través de sendos reportajes concedidos a los diarios locales Río Negro y La Mañana del Sur.


Las declaraciones de la patronal de Zanón no tienen desperdicios.


Cuando el periodista le pregunta: ¿No pudieron ser más flexibles frente al reclamo de preservar las fuentes de trabajo?, el patrón Zanón contesta: “En 1999 se empezó a notar retracción en el mercado. Para levantar la productividad con costos internacionales razonables teníamos que continuar con menos gente”.


Zanón funciona hoy bajo control de sus obreros, con lo cual se mantiene el sustento de 270 familias y se pagan los proveedores y los insumos, aportando al sostenimiento de otras familias obreras.


Ante esta realidad, cuando se le pregunta al patrón: En caso de retomar la planta de Neuquén, ¿ustedes qué piensan hacer? El patrón responde: “En principio, la misma podría funcionar con 100 personas…”. Además, lo que no dice es que su propuesta contempla para esos 100 una brutal rebaja salarial y pérdida de conquistas del convenio.


La clase obrera en su conjunto, de la mano de los ceramistas de Zanón, estamos demostrando, en concreto, que los superamos a la hora de ofrecer una salida a la desocupación y a la hora de producir. Y en el caso de Zanón esto es así porque se ha barrido con el parasitismo patronal.