Sindicales

23/9/2004|869

El Polo Obrero junto a la clase obrera en lucha

El 8/9, los obreros del frigorífico Subpga lo­graron una victoria contundente contra la pa­tronal y el Estado municipal. Luego de 2 días de acampe y piquete frente a las entradas del frigo­rífico, por parte de los 350 despedidos de las con­tratistas Tiempo Hábil (TH) y Río Plateado (RP), que funcionaban en las instalaciones del frigorí­fico, arrancaron la reincorporación en un mes de todos los despedidos al Subpga, y que éste pa­gue los sueldos adeudados por las contratistas, en dos cuotas.


Los obreros fueron al corte después de un mes de maniobras patronales y de un intento fallido de bloqueo. Esta vez, la decisión y disposición a la lucha de un nuevo activismo, más la presen­cia del Polo y el Partido Obrero de Berazategui, decidieron la suerte del conflicto.


El despido sin pago es un método del Subpga, empresa conocida en todo el gremio por ser una de las más negreras, junto con Consignaciones Rurales de Berazategui. En ambas empresas son comunes las jornadas extenuantes no menores a 12 horas, el no pago de extras, 50% salario en negro; y cada 3 ó 4 meses echar a la mitad del personal.


Ahora, TH y RP fueron a fondo: echaron a to­dos, adeudando sueldos de hasta 1.200 pesos en algunos casos.


Las características explotadoras y negreras del Subpga están a la vista: en sólo cuatro días faenó 28.000 kilos de carne para Rusia.


Las autoridades municipales son un factor de­terminante para que en el distrito los capitalistas violen los derechos obreros.


La patronal, con luz verde de Mussi, tenía to­do dominado, hasta que en la primera semana de septiembre la paciencia obrera se agotó y 20 trabajadores prendieron un par de gomas por un rato. Nuestra presencia en las puertas de fábrica cuando los obreros se concentraban esperando el pago prometido, y el ponernos a disposición de su lucha, dieron un empujón evidente a la deci­sión de los trabajadores despedidos que, en nú­mero de unos 150 (muchos jóvenes), armaron dos piquetes, bloqueando la entrada y salida de camiones. A las 18 horas, eran 11 los camiones poder ingresar. Las horas pasaron y la moral de los compañeros seguía alta a pesar del frío y la noche; que combatimos con un soberbio gui­so de olla popular y batucada.


La guardia piquetera se descuidó y la patronal ingresó tres camiones-jaula custodiados por los enviados de Mussi: el comisario de la 1a, Pedro Ciocchi y la Infantería. El piquete se rearmó y pro­dujo un hecho decisivo: convenció a 80 trabaja­dores que entraban a laburar reabsorbidos por Subpga, pero que estaban sin cobrar. Los 80 se sumaron a la lucha. El piquete creció a 250 obre­ros, más 50/60 compañeros del PO y del Polo. La patronal no tuvo otra que negociar los recla­mos, y pagar.


El triunfo no debe ocultar el punto flaco de la falta de una organización elemental: sin delega­dos ni representación frente a la patronal, no re­alizaban asambleas, ni tenían reclamos concre­tos. La Federación de la Carne, con una sede a cuatro cuadras del Subpga, nunca apareció por el conflicto, como no lo hizo durante años. Con nuestra intervención, se hicieron asambleas, pa­ra decidir; votaron una comisión negociadora y armaron un pliego de reclamos unificados. Así, con un mínimo de organización, los obreros triun­faron.


Ahora hay que afianzar el proceso de organi­zación obrera recién iniciado, formando una Co­misión de Despedidos y, al ingreso, elección del Cuerpo de Delegados. En esta tarea y en desa­rrollar todas las luchas obreras en Berazategui es donde el Polo y el Partido Obrero tienen coloca­do su esfuerzo y dedicación.


Como dato político: en dos días de piquete co­locamos 10 periódicos, y durante el cobro de los compañeros se vendieron 79 más: total 89. En la práctica demostramos que la prensa en el movi­miento obrero ¡sí que va!