Sindicales

5/1/1993|380

¿El reclamo de Asamblea General alcanza como política?

En la puerta de Aeroparque. La reincorporación de “licenciados” es rechazada por la Empresa. Hay un ir y venir de dirigentes gremiales, funcionarios y medios de prensa. Prensa Obrera entrevistó a Fabio Basteiro, delegado de base del gremio APA, del personal de Aeroparque.


Los conceptos que nos vierte el compañero son perfectamente claros, no así la política que se desprende de ellos. Cuando afirma “no somos los iluminados que decimos el paro o no el paro… lo que planteamos es que la gente decida”, revela más ceguera que prudencia y más desconocimiento de la situación que perspicacia. Es indudable que, en definitiva, será la base la que decida —pero esto no es más que una muletilla o lugar común. El asunto es en qué condiciones “la base” tendrá que decidir —si luego de sufrir una prolongada acción de desgaste por parte del gobierno, del pulpo y de la burocracia, como está ocurriendo, o con la confianza y las fuerzas, si no intactas, al menos con una clara disposición de lucha. Pero para que esto último ocurra, la vanguardia del gremio (los “iluminados” a los que el compañero desvaloriza, sin pensar que él como delegado es en cierto modo un “iluminado”, es decir que ha decidido jugarse un poco más que otros por los intereses de su clase); para que haya ánimo de lucha, entonces, la vanguardia debe desenmascarar a la burocracia y a su política, y ofrecer otra política que sirva como base para un trabajo de organización y de lucha. Esa otra política no es otra que la de la huelga indefinida de todos los gremios —lo único que puede quebrar la frágil alianza entre Iberia y Cavallo (este último agente de la American Airlines) e imponer un triunfo. La Asamblea General no puede tener por objetivo la simple aspiración a decidir, sino que debe tener la finalidad, expresada en posiciones previas muy claras, de imponer un camino que lleve a la victoria, es decir la huelga general indefinida. El compañero piensa que no debe actuar como un “iluminado”, pero no creemos que mantendría esa posición en la misma Asamblea, donde estará obligado a “iluminarse” luchando por una moción concreta. ¿No sería mejor, entonces, que la prepare entre sus compañeros con toda la antelación posible, para ganar mayor posibilidades de triunfar? ¿La Asamblea debería limitarse a votar la huelga o a votar también un comité de huelga para evitar que la huelga sea levantada inconsultamente, como ya ha ocurrido por ejemplo con el plan de paros votado por los técnicos (APTA) en Asamblea?


Recurriremos a este método inusual de nuestra parte, de polemizar con las expresiones de nuestro entrevistado, debido a que creemos que las posiciones vertidas en el reportaje son representativas de un conjunto de delegados y naturalmente mortales para un desenlace del conflicto positivo para los trabajadores.


PO: —La Empresa no acata ninguna intimación y está visto que esto se transforma en un entretenimiento. ¿Qué actitud deberían adoptar los gremios?


FB: —Lo que pasa es que hay una historia bastante larga donde se vienen reiterando posiciones. Acá hubo un acta-acuerdo firmada, sin asamblea, sin consulta, que abrió paso a las actuales situaciones. En ese acta se habla de reconversión empresaria, de reestructuración, donde los sindicatos juegan un papel en eso. Allí ya hay un hecho sintomático. Ante esto hay reclamos de los compañeros de una asamblea general para discutir la defensa de la fuente de trabajo, que es lo que está en juego, como lo demuestran las declaraciones de los Sres. Roldán, Derqui, etc., de que sobran 2.000 trabajadores en AA.


El pedido de asamblea urgente no tuvo respuesta por parte de las conducciones. La única respuesta fue de los trabajadores que nos fuimos organizando para ejercer una presión y abrir una negociación en la que estamos plantados ahora. No es un triunfo ni mucho menos. Lo que se logró con este acta (exigencia del ministerio de reincorporación de licenciados) es abrir un paréntesis, pero dentro de la reestructuración prevista en la Ley de empleo, que no asegura la fuente de trabajo, ni para los que están afuera ni para los que estamos adentro.


PO: —Frente a esto, ¿no está planteado el paro?


FB: —Cuando se producen los primeros telegramas y se realizan movilizaciones, asambleas de sectores, sentadas callejeras, se llegó a un grado donde están dadas las condiciones objetivas y subjetivas para desarrollar medidas de acción directa. Nosotros reclamamos que la gente decida cuál es su futuro a través de la asamblea general. No somos los iluminados que decimos el paro o no el paro. Lo que planteamos es que la gente misma decida y que se tenga la voluntad política de cumplir lo que decida la gente.