Sindicales

3/4/1997|533

El rol de la curia

“Hay que defender cotidianamente la democracia sin esperar al día anterior a la revolución….” (de la resolución aprobada por el Episcopado de la Iglesia Católica Argentina, en su última reunión plenaria).


En los conflictos de Río Negro y Neuquén la Iglesia, por un lado, se suma a las movilizaciones en cuanto los ataques del gobierno afectan sus intereses; pero apenas logra resolver los mismos gira a la contención y/o a la reacción contra los movimientos de lucha. En Neuquén el ataque de Sapag también toco los subsidios de los talleres y escuelas que la Iglesia maneja en muchas barriadas.


Cuando Sapag anunció que iba a retrotraer las medidas aplicadas a partir del 2 de enero (lo que dejaba en pie la reducción salarial del 20% en el salario docente), devolviendo los subsidios a las escuelas públicas de “gestión privada”, el Obispo Radrizzani salio a ‘mediar’: “le pedía al gremio docente el inmedito levantamiento de las medidas de fuerza y la recuperación de las actividades pedagogicas. En tanto le solicitaba al gobierno que derogue el decreto 525, las resoluciones del Consejo de Educación, el no descuento de los días de paro y…. discutir el aspecto salarial en la Legislatura”. Los trabajadores debían levantar su lucha, pero el salario ‘sería’ discutido por la Legislatura. ¿Es esto igualitario?


En Rio Negro, los obispos de Viedma, Bariloche y del Alto Valle “exhortaron al gobierno y a los docentes a que revisen y flexibilicen sus actitudes” colocando en un plano de igualdad al gobierno que descuenta los salarios docentes, con los docentes que resisten con la huelga al descuento.


Las cúpulas eclesiásticas intervienen activamente para defender al régimen menemista contra la ‘revolución’ de los trabajadores. En cambio, los trabajadores católicos se movilizan junto al resto de sus hermanos de clase en defensa de sus intereses contra los gobiernos antiobreros.