Sindicales

17/6/2010|1133

SUBTE

El tiempo de la tregua se ha agotado

Emerge la combatividad de la base

Círculos de Metrovías

Un plenario de delgados de la Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y Premetro (AGTSyP) reflejó el clima de impaciencia que reina en la base y en gran parte de los delegados como producto del empantanamiento de reclamos elementales que lleva ya siete meses. Se votó un paro sin fecha.

El plenario fue numerosísimo –50 delegados y 30 activistas– y estuvo dominado por la sensación de que el tiempo de las actas ministeriales de “paz social” se ha agotado sin pena ni gloria y que una marcada impaciencia recorre las bases en las líneas del subte. El tema de las urgentes reivindicaciones pendientes, en el cuadro del empantanamiento de las tratativas interminables y estériles en el Ministerio de Trabajo y de las provocaciones sistemáticas de la burocracia de la UTA y la conducta a seguir ante ello, desplazó del temario el punto sobre la incorporación del sindicato a la CTA, que algunos delegados promueven.

Una resolución de paro de tres horas, mandatada por la Línea A, se aprobó en general y pasó a la secretaría gremial para que se le fije fecha y hora, una vez evaluada por asambleas de las líneas.

Entre las reivindicaciones más urgentes se encuentran los ascensos, el ingreso de personal –bolsa de trabajo–, el sistema de francos. Varias intervenciones anticiparon el reclamo salarial que corresponde a la reapertura de las tratativas sobre sueldos en agosto. Una ruptura de la tregua ya se había dado con el paro general de dos horas del 6 de mayo por el reconocimiento del sindicato ante la llegada de la comisión de la OIT.

Como una manifestación práctica del clima reinante en la reunión, a su finalización la Línea A comenzó una medida de apertura de molinetes en protesta por la incorporación, por la ventana, a boleterías de un elemento de la empresa. Incluso una negociación donde la patronal ofrecería cinco ascensos a cambio fue rechazada por los boleteros de la línea. No quieren imposiciones de la patronal, en un cuadro en que ninguna reivindicación planteada por la AGTSyP es satisfecha.

Finalmente, en una posterior reunión en el Ministerio de Trabajo, los funcionarios ofrecieron presentar, a plazo fijo, una propuesta de bolsa de trabajo, que estaría aprobada por la burocracia de la UTA.

Da toda la impresión de que se sienten urgidos por el clima de impaciencia que se vive en la base del subte. Hay que estar en guardia, el proyecto de bolsa que se venía barajando deja en manos de la patronal y la burocracia los resortes fundamentales de los ingresos. Las condiciones mínimas deben ser: que los veedores obreros tengan poder de veto, ningún filtro por parte de la UTA –bajo la forma de escuela de “formación” a lo Moyano– y que el mayor porcentaje de los ingresos sea a través del listado propuesto por los trabajadores.

El paro está votado, las asambleas de línea deben valorar los hechos y poner fecha al plan de lucha.