Sindicales

29/6/2006|952

El trabajo en negro en Salta


Romero lleva ya once años en el poder. Debutó con 5.000 despidos y con un plan de ajuste y privatizaciones que destruyó buena parte de las conquistas laborales de los trabajadores del Estado remanentes.


 


De inmediato, en la administración pública y los servicios esenciales se puso de manifiesto un déficit de personal. La demanda de consultas en hospitales y centros de salud se duplicó en diez años. Muchos médicos y profesionales continúan trabajando con contratos de locación de servicios. Con el esquema de la autogestión hospitalaria se ha recurrido al pago en negro de los salarios con fondos del arancelamiento.


 


El resto del déficit de personal es cubierto, desde hace seis, siete y hasta ocho años, con compañeros de los “planes”. En el Hospital de Orán, 180 de estos compañeros cubren el 60% de los cargos de mucamas, el 70% de los de la cocina…, etc. En el de Mosconi hay unos treinta compañeros de los “planes”, lo que incluye al técnico de laboratorio de análisis clínicos (¡!). En Tartagal son 120…


 


Buena parte de los agentes sanitarios pertenecen a los planes “Arbol”, con contratos miserables que, además, se pagan salteados.


 


En educación se repite el cuadro. Los docentes trabajan en aulas superpobladas con una matrícula que creció al menos un 35%. Los compañeros de los “planes” ocupan mayoritariamente cargos de ordenanzas (que el gobierno prácticamente no ha designado en una década), pero también de preceptores, bibliotecarios, etc.


 


Los registros civiles atienden gracias a 90 compañeros de los “planes” en toda la provincia…


 


En los municipios, la utilización de los compañeros de los “planes” llega a la esclavización. En Orán, la segunda ciudad de la provincia, 230 changarines, que hasta la última huelga ganaban sólo 1,20 pesos la hora, garantizan la limpieza. Hay cientos de jornaleros en los municipios de Tartagal y de Mosconi. En este último, cientos de compañeros de los “planes” reciben un pago por horas extras (luego de las cuatro de trabajo que el gobierno llama de “contraprestación”). Estas “extras” se pagan desde 1,20 hasta 1,80 pesos la hora, según la función…


 


En estos años, los compañeros de los “planes” han golpeado todas las puertas y hecho todas las gestiones para pasar a planta, pero las expectativas se acabaron.


 


El primer paro y movilización, el martes 4 pasado; la extensión de la elección de delegados a toda la provincia, y la preparación de un Congreso provincial de estos trabajadores, crearán las condiciones para derrotar a este gobierno negrero e imponer el pase a planta.


 


En total son de tres a cinco mil los compañeros de los “planes” que trabajan efectivamente en puestos del Estado. Esta mano de obra gratuita financia los subsidios millonarios del presupuesto al capital. El desvío de los fondos de obras públicas a la infraestructura turística, como lo es la red de autopistas y el centro de convenciones, se lleva 120 millones del presupuesto de este año.


 


En definitiva, la persistencia del trabajo en negro es otra razón para acelerar el fin de este régimen descompuesto.