En los últimos años hemos visto cómo las empresas nos han quitado conquistas a las mujeres telefónicas. En muchos casos, seguimos siendo víctimas del acoso laboral y la discriminación, donde se intenta negar el ingreso a sectores (revisadores, empalmadores, servicios especiales y otros) vinculados con una mayor calificación laboral y salarial. Por otro lado, no contamos con licencias de paternidad ni maternidad acordes con las necesidades del recién nacido y de la madre (posnatal de seis meses pago). Se nos paga un mínimo de guardería equivalente al 20% de lo que realmente cuesta, y ni siquiera se cubre toda la escolaridad maternal y de infantes (sala de dos años inclusive, y jornadas extendidas). Tampoco contamos con guarderías en los lugares de trabajo. Los días por enfermedad familiar son apenas seis en todo el año y es una pelea que se reconozca su extensión por enfermedad grave (hasta 25 días) como marca el convenio. La licencia por enfermedad familiar en los casos de los hijos menores de edad debería cubrir todos los días.

El sector de limpieza es donde más mujeres trabajan tercerizadas y bajo convenios de maestranza. A su vez, las empresas de celulares (Personal, Movistar, Claro) y de los call-centers tercerizados cuentan con un amplio número de trabajadoras fuera de convenio o en convenios a la baja, como el de Comercio. Allí, no se reconoce ningún día pago por enfermedad familiar y las compañeras ni siquiera cuentan con delegadas/os para hacer frente a las presiones o abuso de las empresas, supervisores o jefaturas.

El sindicato debería encarar una verdadera campaña por la organización y las reivindicaciones de las trabajadoras telefónicas. En las paritarias apenas se discute la reivindicación salarial, donde se termina firmando en cuotas que ni siquiera van al básico. Muchas telefónicas y telefónicos tenemos hijos, y aún así pagamos el impuesto al salario, que nos impone un gobierno k defendido por la dirección del sindicato.

Pese a que se ha creado una Secretaría de Género, no hubo una política para organizar los lugares de trabajo y defender las reivindicaciones de las compañeras. Por ejemplo, las embarazadas deberían ser reubicadas fuera de la atención al público y clientes para evitar las tareas más estresantes.

Con estos planteos un grupo de compañeras telefónicas participamos de las "Jornadas por los derechos de la mujer" convocadas recientemente por la Fuba, donde se votó un plan de lucha independiente del gobierno y la oposición tradicional. Desde la Lista Naranja en la Granate- Blanca, llamamos a impulsar una Secretaría de Género que convoque y organice a las compañeras, en cada sector y especialidad, para que los derechos y el respeto al trabajador sea el mismo para todos, donde se lleven adelante no sólo las reivindicaciones de las mujeres telefónicas sino de todas las trabajadoras. El 4 de julio vamos por ello. Por un sindicato independiente. Votemos a la Granate-Blanca.