Los días 16, 17 y 18 de junio se elige la ejecutiva de AGD-UBA y las gremiales de todas las facultades.

El escenario es especial. Hoy, el rechazo de la AGD y Conadu Histórica al aumento en cuotas, que sumadas apenas arañan el 20% a fin de año, se aprecia en todo su acierto cuando la huelga de la alimentación cordobesa impuso la bandera del 35%, quebrando los topes de Moyano y Yasky. Topes que firmaron sin chistar los sindicatos oficialistas de la UBA: Aduba y Feduba, uno de la CTA y otro de la CGT.

Si el mandato que culminamos está marcado por la conquista extraordinaria del 82% móvil, esa conquista también está en peligro. La Anses es usada como caja fiscal sustituta para deuda pública, no para garantizar nuestro 82% y menos todavía para que ese porcentaje se calcule sobre una canasta familiar, que es nuestro objetivo estratégico en lo reivindicativo.

Es claro que si la educación en Grecia, como consecuencia de la crisis capitalista mundial sufre un ajuste a lo López Murphy, en la Argentina lo sufre por la vía del ajuste inflacionario, canjeando deuda externa por educación en el presupuesto público. Un eje que ha tomado AGD-UBA.

La dirección de AGD-UBA plebiscita su lucha por la derogación de las leyes del menemismo en la educación, contra el curso privatista encubierto que apunta al deterioro de la educación pública y su otra cara: los subsidios de las mineras y las acreditaciones de la Coneau. Desde este lugar luchamos contra el arancelamiento de posgrados. Como parte de esto, nos hemos unido a todas las expresiones de lucha de la Fuba y del movimiento estudiantil por la democratización de la UBA.

La lista Unidad por la Gremial -conformada por la Agrupación Naranja, los independientes de la gremial del Pellegrini, el Frente gremial (PC disidente e independientes) y numerosos activistas que se incorporan a la lucha- es el frente que construyó estos diez años un sindicato que hoy cuenta con 3.500 afiliados y es referencia del sindicalismo combativo en la UBA. Es el frente que luchó por la reapertura de la sede de Merlo, que batalló por la democratización en el Pelle, que conquistó y aseguró la concreción de los 2.000 cargos con salario para los ad honorem, que apoyó la lucha de los docentes del Laboratorio de Idiomas en Filo, que enfrentó la cooptación en todos los terrenos.

En estas elecciones se presenta una lista opositora: un armado oportunista entre el PCR, IS y una corriente seudo autonomista que dirige la gremial de Filosofía y Letras. El acuerdo expresa una melange entre sojeros, que encabezan la lista, y “autonomistas” truchos adaptados al decano K de Filo, Trinchero. ¿Qué une a estos grupos? Sobre todo su oposición a un sindicato independiente y de lucha, basado en asambleas, construido en oposición a todos los sectores de la burocracia sindical, puntal del movimiento docente en todo el país. La Violeta (así se hacen llamar los “autonomistas”) no dejan pasar cada oportunidad que tienen a mano para criticar que el gremio “realiza demasiados paros”. El acuerdo al que arribaron tiene sólo este hilo conductor. Su falta de homogeneidad es tal que en el CBC, donde ambos tienen expresión, van en listas separadas. A pesar de que ya han pasado varias semanas de campaña, no se les conoce una sola declaración conjunta, lo que revela la naturaleza del rejunte. El absurdo más grande es que sus materiales están plagados de macartismo contra los partidos de izquierda, ocultando la presencia en la cabeza de la lista del PCR. Toda una paradoja para corrientes que se reclaman de izquierda, pero reproducen los argumentos del rector Hallú, a quien le duele la existencia de la AGD. No sorprende de parte de quienes han actuado sistemáticamente para debilitar un sindicato de lucha, boicoteando los paros en filo, no concurriendo jamás a las asambleas de lucha, disputando sólo cargos para congresos.

Con Unidad por la Gremial vamos por reforzar el rumbo para que el 16, 17 y 18 de junio haya un pronunciamiento masivo por nuestro programa y nuestros candidatos. Vamos por más AGD, por un sindicato de base, independiente y de lucha.