Sindicales

14/7/2005|908

Elecciones en Foetra

Voto abrumador para encarar los nuevos desafíos

El 7 de julio tuvieron lugar las elecciones en el sindicato Foetra Buenos Aires. La lista Azul y Blanca obtuvo un fuerte respaldo, que se expresó por sobre todo en el elevado porcentaje de participación: más del 70% del padrón —4.112 afiliados. Con relación a las elecciones anteriores, donde la tasa fue del 54%, se registra un aumento de la concurrencia del orden del 30%. Este contexto es la consecuencia de la lucha y los triunfos que obtuvo el sindicato a finales del año pasado, los cuales fueron también el punto de partida de la gran onda de luchas sindicales que aún se encuentran en desarrollo. En la huella de esta lucha, el sindicato consiguió otros logros no menos significativos, como la ruptura de varios sindicatos de provincias de manos de la burocracia sindical (Foessitra) que fue amamantada por el menemismo. Es indudable que la alta tasa de participación de la base del sindicato refleja la actividad regular del plenario de delegados y el control creciente del sindicato en los edificios y lugares de trabajo. Detrás de la concurrencia a las urnas se encuentra presente un viraje en las relaciones de la clase obrera con la patronal en los últimos años. En este contexto, la lista Azul y Blanca, que dirige el sindicato, obtuvo el 77% de los votos. La Azul y Blanca es un frente de diferentes tendencias sindicales, el cual se fue formando a lo largo de varios años de acción común contra la burocracia menemista y contra la política de privatización de las telecomunicaciones que viabilizó el menemismo. Esta condición de frente único explica la autonomía de acción de Foetra Buenos Aires con relación, respectivamente, a las direcciones de la CGT y de la CTA, aunque en la Azul y Blanca tengan un fuerte predicamento las corrientes que siguen a Moyano y a De Gennaro. En la Azul y Blanca participan también la agrupación Nueva Propuesta, independientes, uno de los MSTs y el Partido Obrero.

 

El 21% de los votos fue para la Rojo Violeta (animada por uno de los MSTs y el PTS), una lista que critica por ‘izquierda’ a la directiva sindical, pero que se destacó por su escasa participación en las huelgas y ocupaciones de fin del año pasado. En las zonas del Gran Buenos Aires donde el menemismo se retiró de Foetra para formar un sindicato paralelo, la votación a la Rojo Violeta cae marcadamente, lo que hace suponer que en otros lugares ha recibido votos del menemismo. También registra una votación mejor en los ex cuadros D, la categoría más alta del convenio y, del otro lado, entre los ex pasantes, que, de la última lucha, sólo obtuvieron 120 pesos de aumento (luego absorbido por un aumento por decreto) y ningún aumento por antigüedad. En esa oportunidad se había logrado la unificación hacia arriba de las categorías, que benefició a los sectores más rezagados y a los contratados. En este aspecto, el voto de estos sectores ha sido de protesta por lo alcanzado.

 

El programa de lista Azul y Blanca plantea terminar con el tercerismo y recuperar puestos de trabajo; reducir la jornada laboral sin afectar el salario; encuadrar a todas las empresas de telecomunicaciones; refundar una nueva federación nacional, encuadrar a los fuera de convenio y sectores técnicos; recuperar el fondo compensador; poner en marcha la obra social; mejorar el convenio y el salario; ampliar los servicios sociales y las actividades culturales, entre los principales objetivos. Este programa de lucha fue agitado y discutido en asambleas de todos los edificios.

 

El tercerismo es un punto crucial de la próxima etapa, pues representa por excelencia la flexibilización laboral y los salarios y condiciones de trabajo por debajo del convenio. Miles de trabajadores telefónicos fueron encuadrados en el convenio de comercio como es el caso de los trabajadores de las celulares (Movistar/Atento, Personal, CTI) o de Uocra, en el caso del plantel técnico. En ambos casos para flexibilizar, evitar la elección de delegados y bajar las condiciones de la planta permanente, en su mayoría ex Entel que resistió la privatización y los “retiros voluntarios”.

 

El otro gran problema es la llamada ‘política de telecomunicaciones’ que está diseñando el gobierno con la intención de crear una suerte de ‘Enarsa’ para el sector, donde tendrían injerencia los grupos económicos vinculados al kirchnerismo (los famosos fideicomisos), con vistas a coparticipar en los negocios de ampliación de la infraestructura del servicio. No hace falta decir que el oficialismo quiere aprovechar el tema para cooptar a los sindicatos de telecomunicaciones al diseño de su política, lo que siempre significa una subordinación de los intereses de la clase obrera a los llamados ‘intereses nacionales’.

 

Los problemas planteados (acabar con la tercerización y poner freno a la cooptación oficial) plantean desafíos de una jerarquía incluso superior a los que se superaron en el pasado. El plebiscito electoral que recogió la Azul y Blanca es, en realidad, un mandato para abordar estos nuevos problemas mediante la organización, la lucha y la independencia política del sindicato.

 

Patricia Pereyra, delegada Ed. Culpina; Pablo Eibuszyc, delegado Ed. Libertad 41 – candidatos por la Azul y Blanca