El carnereaje de la burocracia peronista de la UOM contra las y los despedidos de Electrolux, que formó parte de un ataque concertado con el Ministerio Público Fiscal y la multinacional para levantar el piquete en puerta de planta, escaló en una golpiza contra trabajadores, estudiantes y  militantes de izquierda que tuvieron que repeler los golpes de un grupo de lúmpenes a sueldo de Antonio Donello. 

En nombre de “defender los puestos de trabajo” arremetieron con piñas y patadas contra los únicos que verdaderamente están defendiendo esta causa. La burocracia metalúrgica ha decidido cerrar filas con el gobierno y la patronal extranjera, sin llamar a una asamblea de planta –que debiera hacerse con los despedidos- ni ninguna instancia de deliberación colectiva para decidir el curso de resolución colectiva de este conflicto. Se arrogan la representación de los trabajadores en base al silenciamiento y el miedo que su propia política de complicidad con la patronal genera. Ellos mismos son los que arman la lista de despedidos.

El intento de imputar el fallecimiento de un delegado de la UOM –que estaba allí por orden de la dirección sindical, ya que trabajaba en otra empresa, Cym Materiales- a la lucha obrera, es una nueva maniobra deleznable de una burocracia podrida. Como está ampliamente registrado en las filmaciones de lo ocurrido, en ningún momento se interrumpió el paso de ninguna ambulancia para entrar o salir de la planta. Esto se trata de una mentira alevosa de la UOM que tiene como único objetivo encubrir su accionar patoteril y propatronal en el conflicto de Electrolux.  

Luego de que el Juez Postma rechazara desalojar mediante la represión la medida de protesta,  actuó como fuerza paraestatal la patota dela UOM para terminar por la fuerza una lucha que no pudieron silenciar y regimentar como lo hacen habitualmente, mediante el terror al despido y las listas negras. La responsabilidad por la situación de violencia vivida en el portón durante el día de hoy es pura y exclusivamente de la UOM que incluso invocó a reconocidos barrabravas.

Hacemos responsable a Maximiliano Pullaro, Ministro de Seguridad, a la fiscala Haurigot y al gobernador Lifschitz por la integridad y seguridad de los manifestantes, que ejercen el legítimo derecho a la protesta. Somos conscientes de que la golpiza se produjo cuando se retiró la policía, y que este accionar está orquestado desde lo más alto del poder empresarial con connivencia del político. Del hecho luctuoso que se produjo en este marco, deben hacerse cargo la patota de la UOM y los cómplices materiales y políticos del ataque contra los  manifestantes. 

No a la criminalización de la protesta social

Reincorporación de los despedidos

Por una nueva dirección en la UOM. Fuera Donello y sus patotas