Sindicales

10/1/2007|978

Empleados de Comercio de Rosario: Izquierda Socialista reivindica a un amigo de Cavalieri


El último número de El Socialista, el periódico de Izquierda Socialista, una de las divisiones del MST, publica una nota sobre el Sindicato de Empleados de Comercio de Rosario que constituye una verdadera estafa política.


 


El artículo, que lleva la inconfundible dirección técnica de la inefable Mercedes Petit, está firmado por Bernasconi, un integrante de la Acción Gremial del Sindicato de Empleados de Comercio de Rosario. El Socialista reivindica la trayectoria sindical de Rubén Ghioldi, que el año que viene va cumplir cuarenta años en la dirección del sindicato.


 


Ghioldi sucedió en la dirección del gremio a Victorino Rodríguez el 13 de julio de 1967; hoy cogobierna junto con Cavalieri el Sindicato de Comercio, que junto con la Uocra es uno de los “buques insignia” de la flexibilización laboral y los contratos basura en la Argentina…


 


La “cuna” del MIC


 


La nota no es inocente, es una reivindicación del pasado y del presente de la actual dirección del sindicato enrolada en el MIC. Quiere mostrar que la corriente de la que viene Izquierda Socialista fue mentora ideológica en esto de “cavar trincheras” junto a la burocracia sindical. Refiriéndose a los años ’80, el articulista señala: “En este marco, el secretario general Rubén Ghioldi, convoca a la oposición (a pesar de tener diferencias en muchos aspectos) al trabajo en común para enfrentar las condiciones laborales impuestas por las patronales y avaladas por el gobierno y el sindicalismo prebendario (…) Es así como el sector proveniente del trotskismo morenista constituye la Comisión de Acción Gremial…” (El Socialista, 14/12/06).


 


El morenismo, desde entonces, nunca más le hizo oposición a Ghioldi. Sin ningún tipo de pudor, afirma: “El gremio mercantil de Rosario ha sido dirigido desde los años '50 por una conducción socialdemócrata y anarquista libertaria que le imprimió una característica asistencialista a través de una extensa construcción de servicios sociales y mutuales” (ídem). Pero una corriente asistencialista no puede ser socialista ni anarquista.


 


La tendencia “libertaria y mutualista” actual del Sindicato de Empleados de Comercio de Rosario constituye uno de los mayores negociados con la medicina prepaga de la Argentina. Ghioldi acaba de inaugurar un edifico de siete pisos de la Obra Social que, con el acuerdo de Cavalieri, mete a fondo la medicina prepaga de alta complejidad en un negocio millonario para la dirección del sindicato.


 


Una situación desesperante


 


Mientras que El Socialista ensalza la actuación del sindicato y su “acción gremial”, los mercantiles de Rosario están en una situación desesperante. Los supermercados son verdaderos centros de superexplotación: no existen domingos ni feriados, se despide de a centenares, en la mitad de ellos no existen ni siquiera delegados (como en La Gallega). En los comercios más pequeños, los patrones son dueños absolutos de las condiciones de trabajo, se imponen condiciones vejatorias para las compañeras en las tiendas y boutiques. Todavía más grave, las empresas más variadas están acogidas a Comercio para beneficiarse de las condiciones negreras que permite el infame convenio mercantil que apoyan estos “libertarios”.


 


El Socialista defiende (cuando debería darle vergüenza) la política de Ghioldi en los call centers de Rosario. Dice: “Todo esto no podía haberse llevado a cabo sin esta confluencia unitaria. Lo mismo ocurrió con el proceso de organización del primer call center donde se derrotó a la patronal tumbándole convenios y acuerdos esclavistas que querían imponer (Apex, Libertad, etc.) como si lo hicieron en otras partes del país” (ídem).


 


Se omite decir que estas patronales se han acogido al convenio de Comercio precisamente porque es el que más se adapta a la súper explotación de los call centers. Eso es lo que han hecho en el país empresas como Atento. El sindicato “libertario” de Rosario, en vez de reclamar el pase a telefónicos de esos trabajadores, hace la vista gorda y les consigue unas monedas de más manteniendo las mismas condiciones de trabajo negreras. Lo mismo sucede con los trabajadores de la terminal de ómnibus, que deberían ser municipales y los han tercerizado en Empleados de Comercio después de la privatización de la terminal.


 


La situación es tan degradante que en el convenio de Empleados de Comercio de Rosario hay trabajadores que levantan las cosechas en empresas tercerizadas, aceiteros y de varias empresas ligadas a la actividad portuaria, que deben realizar trabajos nocturnos bajo la desprotección del convenio de Empleados de Comercio, que es el símbolo de la flexibilidad laboral impuesta por el menemismo.


 


La dirección de Empleados de Comercio de Rosario boicoteó la lucha del Coto, pues sus delegados son opositores. Le dio la espalda a una carpa que los trabajadores mantuvieron durante 80 días. Llegó tan lejos en este boicot que se negó a considerar el punto del despido de Carlos Acuña, aun cuando había un fallo de reincorporación de la Secretaría de Trabajo de Rosario. Estas canalladas “libertarias” son las mismas que hace Cavalieri en todo el país.


 


La dirección de Empleados de Comercio de Rosario es indefendible. Es una agencia de publicidad: amaga todo el tiempo con estados de alerta y movilización, marchas y radios abiertas, pero hace años que no paran un supermercado. A la dirección actual del sindicato nunca se le ha escuchado una crítica a la política del socialismo amarillo de Binner y la del intendente de Rosario, a sabiendas que todo el binnerismo convive con las sojeras, los grandes exportadores y las multinacionales que hoy son las dueñas de los súper de Rosario.


 


A pesar de estas abrumadoras muestras, El Socialista se atreve a realizar un osado reclamo: que esta “muy interesante experiencia que estamos llevando a cabo” debe “de ser reconocida como una de las experiencias clasistas impulsadas en el movimiento obrero de nuestro país” (ídem).


 


No, compañeros. No puede haber reconocimiento clasista alguno a esta política. Tienen que romper con la dirección de Empleados de Comercio. Esa dirección es parte orgánica de lo más repodrido de la burocracia sindical argentina. No por nada Cavalieri no presenta lista en Rosario a pesar de que dirige todo el país. No se puede defender la democracia sindical y a un burócrata octogenario con cuarenta años en la dirección de un gremio.