Sindicales

7/7/2005|907

Empleados de Comercio

El convenio más antiobrero

En lo que constituye una verdadera afrenta al movimiento obrero argentino, a su historia y sus conquistas, el miércoles 29 de junio el Ministerio de Trabajo finalmente homologó el convenio acordado en la paritaria trucha y a espaldas de los trabajadores realizada entre la FAECyS (Federación Argentina de Empleados de Comercio y Servicios) de Cavalieri y las cámaras de comercio.


Abolición del salario mínimo y del convenio único


El “aumento” irrisorio del 18%, “sin obligación de cumplirlo” (El Cronista Comercial, 17/6), parece un chiste pero no lo es. En su punto 4, el acuerdo especifica que las cámaras y asociaciones empresarias pueden optar por no pagarlo (“desenganchándose” del convenio) con una simple notificación al Ministerio en los primeros cinco días hábiles a su homologación e iniciar una nueva “negociación” con la Federación. Se trata de la aplicación de la anulada Ley Banelco, que liquidaba el convenio único por actividad, dando prioridad a los convenios a la baja por sector o empresa. El “aumento” del mínimo, a 883 pesos en septiembre, pasa a ser el techo salarial de las diversas negociaciones, el piso por usos y costumbres sigue siendo el mínimo previo. Las cámaras del noroeste del país ya anunciaron que no pagarán el nuevo mínimo, y Carrefour y Coto han planteado públicamente su disidencia. Son sólo los primeros pedregullos de la avalancha de “desenganches” que han habilitado Cavalieri y Kirchner.


Por si esto fuera poco, el convenio, en su punto 3, aclara que dicho aumento absorbe hacia atrás y adelante todos los incrementos salariales, incluidos los del gobierno. Por lo cual la mayoría de los grandes supermercados, aunque no se desengancharan, “no estarán obligados a aumentar los ingresos de sus trabajadores” (La Nación, 17/6).


Abolición de las vacaciones y el aguinaldo


En un “capítulo” para pymes, es decir para las tercerizadas de los grandes pulpos, se plantea “el fraccionamiento del sueldo anual complementario hasta en tres cuotas”.


Más horroroso aún es el destino de las vacaciones, para las cuales se establece: “La modificación en cualquier sentido (sic) de las formalidades, requisitos de aviso, y oportunidad de goce de la licencia anual complementaria”, o sea, el fraccionamiento ilimitado y/o suspensión de las mismas. No se respeta la Ley de Contrato de Trabajo en cuanto a los 45 días de preaviso pero, eso sí, se mantiene el último párrafo de su artículo 154, por el cual una de cada tres deberán ser dadas en temporada de verano (¡¡¡gracias de nuevo Cavalieri!!!). Es una herramienta para las tercerizadas de los grandes pulpos, y por otro lado, constituye un antecedente gravísimo para todos los mercantiles y la clase obrera. La ‘flexibilidad laboral’ también comenzó aplicándose “a las pymes”.


Más encuadramientos truchos


Cientos de trabajadores luchan por romper con el encuadramiento en Comercio (muchas veces trucho e impuesto por las patronales) y pasar a encuadramientos gremiales que los benefician, lo cual se ha hecho notorio con los choferes (camioneros) y trabajadores de call centers (telefónicos). El acuerdo y su homologación pretenden reforzar el encuadre en Comercio: “Será determinante la actividad principal de comercio o servicios que realice la empresa, tomando como una sola unidad sus distintos establecimientos”.


Obra social


En un hecho inédito, se dedica prácticamente un tercio del acuerdo a gestiones que se compromete a realizar la FAECyS, en primer lugar para proponer a Osecac, la obra social (que dirige el propio Cavalieri), planes de pago (los máximos que permite la Afip, de hasta 60 cuotas) para los aportes patronales a la cobertura médica de los empleados de comercio. Asimismo, la Federación también se compromete a gestionar ante los sindicatos locales pagos en cómodas cuotas para las deudas de capital que las empresas sostienen con los mismos con una cuota de interés del 50% de las que percibe la Afip con un mínimo de importe de… 100 pesos (y 400 pesos si la deuda es mayor a 30.000 pesos).


Esto, en primer lugar, constituye un gigantesco curro, pues las empresas pueden licuar sus deudas con Osecac o, inclusive, si dan algún aumento, lo pueden financiar en base al vaciamiento de la obra social que los trabajadores terminan pagando en aranceles. Y en segundo término, da lugar a futuros “aprietes” conjuntos de las patronales y Cavalieri (que ya existen) a los sindicatos zonales en base a la amenaza permanente de desfinanciamiento del sindicato y la obra social.


Cláusula rompehuelgas


Por supuesto, el derecho de huelga no lo pueden abolir (si pudieran…). Pero las patronales y la burocracia han dispuesto una cláusula absurda que deja chiquita a la basura antihuelga de la conciliación obligatoria: “Ante la eventualidad de cualquier conflicto en el marco del presente acuerdo, las partes constituyen una comisión negociadora” (…) “6 del sector empresario y 6 por la FAECyS (¡estamos salvados!)”. Durante dicha “negociación” (…) “las partes se abstendrán de tomar medidas”.


Combativos mercantiles ya han resuelto iniciar una campaña de denuncia y repudio al convenio más antiobrero de la historia.