El jueves pasado, una multitudinaria asamblea realizada en el gigante metalúrgico aprobó la propuesta arrancada a la patronal que consiste en un incremento al básico de un 25%, más uno al “conformado” que implica un aumento total del 31%. Se trata de un aumento paritario muy por encima del techo salarial que quieren imponer las patronales y el gobierno con la complicidad de los gremios cegetistas en diversas ramas.

 

Además, hemos parado por completo la planta el 7 de septiembre, Día del Metalúrgico, por primera vez desde que Aluar se instaló en la ciudad hace 40 años. El punto es fundamental, ya que al ser una producción continua, la presión patronal por no parar la producción es inmensa. Anteriormente habíamos logrado arrancar el cese de las tareas en Navidad y año nuevo, lo que se inscribe en victorias que devuelven a los trabajadores parte de su vida familiar que año a año nos arranca esta patronal.

 

Lo que consagró la asamblea del jueves está precedido por un largo proceso de organización: hubo varias asambleas generales que fueron debatiendo la negociación que la comisión interna y el cuerpo de delegados llevaban adelante.

Se trata de una nueva dirección que hace pocos años se ha puesto a la cabeza de la recuperación salarial y las condiciones de trabajo de la fábrica más grande de la Patagonia Argentina.

 

En el último tiempo venimos de parar la planta y lograr -entre otras cosas- desplazar a la doctora del servicio médico por maltrato, lo que envalentonó al colectivo obrero. También fue fundamental la participación de más de 200 trabajadores en la movilización del 6 de abril en Puerto Madryn, en ocasión del paro general, que se destacó como una marea de casacas azules, así como la participación en las movilizaciones en años anteriores contra el impuesto al salario. Es por este ascendente proceso de organización y lucha que la patronal no quiso imponer un techo salarial, a sabiendas que existen fuerzas para defender el salario obrero.

 

Otro paso importante en esta paritaria es que se resolvió en el ministerio laboral con sede en Madryn -o sea sin involucrar al ministerio nacional. La apelación a este último es un método impulsado por la conducción nacional de la UOM en los últimos diez años y que le permite a la patronal hallar una grieta por donde desligar la discusión de la presión de la base obrera.

 

Expandir esta experiencia de organización

 

El proceso de Aluar contrasta con el rol jugado por la UOM, que firmó casi sin luchar -sólo un parito- un miserable 22% anualizado, muy lejos del 30% mandatado por el Congreso Metalúrgico celebrado en Mar del Plata, donde los delegados de Aluar no solamente plantearon un plan de acción para arrancar el 30% al básico sino también la asignación de la “zona desfavorable” para la Patagonia (un plus salarial al compás del costo de la canasta alimentaria). Se trata de una experiencia de organización que debemos desenvolver en todo el gremio.