En Atanor es necesaria la ocupación de las plantas

La patronal cierra y la burocracia sindical permite el vaciamiento


A una semana de producidos los cierres de las plantas de Atanor en Munro y Baradero, la política de las burocracias químicas que evitaron la ocupación de las fábricas permitió que la empresa continúe con el vaciamiento de las instalaciones y persista, así, en su intención de despedir a más de 150 obreros.


 


Las plantas, productoras de herbicidas fueron cerradas de un día para otro sin más excusas que las esgrimidas por la patronal: focalizar la producción de agroquímicos en las plantas de Pilar, San Nicolás y Río Tercero y concentrar una inversión de 70 millones de dólares -según publicó la agencia Télam, sin mencionar que, mientras tanto, despide obreros en sus otras instalaciones-. El anuncio de inversiones millonarias desmiente que la empresa deba cerrar por la crisis, sino que se debe a un giro en su apuesta de negocios en el que ven “una oportunidad de crecimiento a nivel mundial” a costa de familias en la calle.


 


Baradero


 


En el conflicto suscitado luego del anuncio de cierre de la planta, la delegación local del Ministerio de Trabajo se vio obligada a dictar la conciliación obligatoria ante el anuncio de la burocracia sindical de realizar un paro en todas las fábricas de Zárate, Campana y zona de influencia. La patronal de Atanor se negó a cumplir con la conciliación y sólo permitió el ingreso de los obreros cuando el paro estaba a punto de producirse. Sin embargo, la planta está vacía, no hay materias primas y no se reanudó la producción -la política que apunta a la desmoralización de los operarios es tal que hasta en ciertos momentos carecen de agua para tomar-. La conciliación, en estas condiciones, tiene para una semana más y se podría extender por 7 días adicionales.


 


Munro


 


El sindicato nacional ni siquiera logró una conciliación trucha (la patronal había propuesto una conciliación con los despedidos afuera, una posibilidad que contradice en sus propios términos la categoría de “conciliación”) y se acordó una reunión programada para una semana después, el miércoles 1 de marzo. La perspectiva que plantea el sindicato es la reubicación de los obreros jóvenes en la planta de Pilar, mientras que los de mayor antigüedad deberían someterse a los “retiros voluntarios”, es decir: despidos. Al cierre de esta edición, la reunión en el Ministerio de Trabajo continuaba sin haber llegado a una solución.


 


Salida


 


El cierre de las plantas de Atanor demuestra con claridad la justeza de la consigna que llama a ocupar toda fábrica que cierre o despida, única medida que permite una perspectiva de derrota a los ajustes empresariales que cuentan con el apoyo del Gobierno y la complicidad de las burocracias sindicales. En Atanor, la ocupación de las plantas cerradas y la coordinación de estas medidas con los obreros de las plantas de San Nicolás, Pilar y Río Tercero -que serán los próximos patos en pagar la boda- se muestra como la única opción de lucha para enfrentar los despidos y que se defina un plan de todo el gremio en apoyo a los trabajadores de Atanor y por su reincorporación.