En Buenos Aires no hay huelga ni plan de lucha

Si no es ahora, ¿cuándo?

La huelga general de las plantas cordobesas de Arcor está siendo aislada del resto del gremio por Morán y Daer. En Kraft, Pepsico y Stani, pero en particular en Kraft –donde se centran las expectativas del activismo– no pasa nada desde el 28 de abril, cuando se realizaron los últimos paros de dos horas por turno decididos por el sindicato. Después vino la conciliación obligatoria de Tomada, cumplida a pie juntillas en Buenos Aires, mientras era pasada por encima por la aplanadora de los cordobeses. La huelga general cordobesa fue ignorada por una dirección de fábrica cuyos principales voceros siguen la línea de unos “apuntes militantes” que prometen la ofensiva fina contra las patronales y el capitalismo.

La burocracia de Daer denosta al movimiento cordobés adentro mismo de Kraft, diciendo que es una “acción de la izquierda ajena al reclamo gremial”. En Córdoba, la burocracia de Morán increpa expresamente al PTS y al PCR por farolear en los medios mientras miran hacia otro lado frente a la huelga de las plantas de Arcor.

La nueva Comisión Interna de Kraft se mueve, dentro de la fábrica, en los marcos “orgánicos” de las disposiciones de Daer y realiza asambleas solamente en el turno noche. A la mañana y a la tarde, juegan los de Daer y los de la vieja interna, quienes también hacen mutis en relación con la huelga y los piquetes cordobeses.

Pero hay algo más grave: se hacen horas extras todos los días, incluso sábados y domingos, en pleno conflicto por el convenio. Lo cual transforma en decorativos los paros parciales por turno. Ir a la Panamericana para hacer propaganda mientras se hacen extras, es manipulación. La nueva Comisión Interna sigue sin convocar a una asamblea general, es decir que no afronta la tarea pendiente de organizar la fábrica. Sin embargo, estamos en el momento más álgido de la paritaria más álgida del país.

La falta de salida a la cuestión salarial llevó a una movilización de trabajadores del turno mañana a Recursos Humanos para pedir el pase al turno noche, para cobrar el plus de 400/600 por nocturnidad. La bronca salarial es generalizada en Kraft y en todas las plantas. La patronal necesita producción; lo ventilan los propios dirigentes de la interna cuando resaltan la reactivación de la economía de la mano de los planes de Kirchner. Pero no hay siquiera asamblea de planta, cuando la muy seguida huelga en Córdoba muestra que la huelga general está madura. Acá no se puede alegar que hay construir ‘piedrita sobre piedrita’ cuando hay un movimiento masivo. No hay que confundir realismo con conservadurismo burocrático. Hace un par de semanas, hicieron correr la ‘tesis’ de que la lucha se daría cuando llegara la hora del convenio en la planta. Sería la aplicación perfecta de la ley Banelco.

El burócrata Morán, de la Federación, maniobra por su lado, en Córdoba, frente a la huelga impuesta desde abajo, pero al interior de la provincia de Buenos Aires alienta acuerdos por fábrica, como el caso Fargo Moreno, donde pactó apartarse del “plan de lucha” a cambio de un aumento de 250 pesos en los premios. Es la avanzada para despedazar la lucha conjunta por el convenio.

Las asambleas del turno noche en Kraft, cuando son convocadas, reúnen a unos 200 trabajadores, un 70% del total, una importante base de movilización, pero que no ha sido orientada a actuar en función de una asamblea general. La Interna sostiene que el problema para convocar a esta asamblea sería la tradición de desmovilización creada por la anterior CI (PCR). Pero la actual CI va a cumplir seis meses de mandato y no hubo nunca, en ningún momento, una política decidida a organizar una asamblea general que una, por ejemplo, los turnos mañana y noche, al menos en la puerta de planta.

El tiempo que no se gana, se pierde. Al aumento de los ritmos de producción, impuesto en los últimos meses por la patronal, ha seguido un sistema de premios a los líderes, que a su vez digitan premios a favor de los obreros que se pliegan a la ofensiva patronal. Daer, se comenta, planea volver a convocar elecciones “complementarias” de delegados para neutralizar a la interna, mientras los delegados elegidos en algunos sectores, por iniciativa de la interna, no son reconocidos por el sindicato.

Ahora es el mejor momento para revertir los avances patronales, que tienen lugar -¡qué paradoja!- con posterioridad al gran conflicto de hace seis meses.

• Asamblea general para sumar la planta a la lucha de Córdoba por los 3.200 de mínimo y el 35% de aumento.

• Por la reincorporación de los cesantes.