Sindicales

1/5/1997|537

En Lix Klett SAIC podemos triunfar

Los trabajadores de Lix Klett estamos en vísperas del desenlace final de un proceso de vaciamiento encubierto de la empresa.


En efecto, la patronal anunció a la comisión interna de fábrica que, en el curso del mes de abril, se disolverá como empresa e indemnizará al personal con el 50% al contado y el resto en cuotas. Luego, Carrier Corporation compraría la ‘estructura’ (maquinarias, etc.) y retomaría personal firmando un nuevo contrato, algo que por supuesto no está previsto por ninguna ley.


Sin embargo, los trabajadores perciben correctamente que todo el proceso de “concurso preventivo” del acuerdo homologado con los acreedores y de la venta de la empresa, no es más que un ‘paquete’ armado para dejar en la calle a cerca de 100 familias, para después contratar ‘nuevo’ personal y, de esta manera, no tener ninguna obligación de respetar ni uno de los derechos que debía respetar Lix Klett, y a su vez dejar el camino allanado para la ‘flexibilidad laboral’.


Pero en la última asamblea (23/4), que se pretendió fuera ‘informativa’, luego de un debate muy duro con la Interna y con dos representantes del Sindicato, los trabajadores resolvieron ponerle fin a las ‘tratativas’ de palabra y encuadrar la discusión en un ámbito legal –algo que ya deberían haber hecho–, no esperanzados en la solución vía ministerio, sino en agotar las instancias para pasar decididamente a la lucha.


La asamblea votó que la Interna se presente a la reunión, el día lunes 28, con la denuncia en el bolsillo, y si la empresa no atiende el reclamo de los trabajadores directamente, al salir, presentarla en el Ministerio de Trabajo. Además, advirtió al Sindicato que en la denuncia no pueden faltar las “sospechas” de fraude e irregularidades y la presunción de que la empresa haya incursionado en el delito.


Se demuestra así que la empresa no ha logrado engañar a los obreros. Lo único que está logrando la empresa es instalar en la fábrica un profundo estado de deliberación entre los compañeros.


Por todo esto, hay condiciones de pasar a la ofensiva comprometiendo a la interna y al gremio a “resolver todo en asambleas” y a no dejar nada librado a la decisión de un grupo o una persona.


La indudable tendencia de los trabajadores argentinos a enfrentar estos ataques patronales y del gobierno nos coloca, una vez más, en un eslabón de la cadena de luchas que los trabajadores debemos unir para triunfar. La movilización, la ocupación, la huelga, están allanando el camino para esa unidad desde abajo, y con la solidaridad de trabajadores de nuestro u otro gremio. Los obreros de Lix Klett pueden triunfar.