La patronal de Metalúrgica Tandil, que otrora tenía 2.000 obreros y que ahora cuenta sólo con 400, anunció que se vería ‘obligada’ a despedir al 40% de su plantel. 

Aprovechando la crisis de la industria automotriz, esta planta fundidora de autopartes quiere ‘fundir’ los salarios y conquistas de los trabajadores, asando la amenaza de despidos masivos para imponer la llamada ‘flexibilidad laboral’. Carlos Etcheverry, gerente de la planta, declaró que “a partir de la necesidad de adecuarse nacen varias opciones. Una de ellas pueden ser los sueldos, la reducción de gente o de las jornadas laborales, hay muchas alternativas para enfrentar este proceso de crisis” (diario La Capital, 14/1). Pero todas las ‘opciones’ y ‘alternativas’ que tiene en cuenta la patronal son antiobreras. 

Los 12 delegados de la fábrica han salido a denunciar que la patronal “quiere obtener del sindicato un nuevo convenio, un acuerdo de flexibilización laboral y la estrategia es una acción intimidatoria”. La patronal ha venido haciendo producción con numerosas horas externas y sacando trabajo a ´terceros ’ como preparándose para un conflicto. 

Las alternativas de la clase obrera a la crisis capitalista son diferentes: se trata de preservar el salario, las conquistas y los puestos de trabajo. Ningún despido, ni suspensión. Reparto de las horas de trabajo entre todos los trabajadores, disminución de la jomada laboral sin disminución del salario. Que la crisis la paguen los pulpos que se enriquecieron con la superexplotación de la clase obrera y no los trabajadores. Asamblea de Fábrica para votar esta orientación y un Plan de Lucha para defenderla. Que la UOM rompa con su pasividad propatronal y convoque a un Plan de Lucha nacional por la prohibición de despidos y suspensiones.