Sindicales

20/8/2015|1377

En Rasic-Cresta Roja se consolida el activismo combativo

Luego del conflicto que hace dos semanas culminó con la reincorporación de los 600 despedidos y que arrancó a la empresa el pago de los sueldos adeudados, continúa el proceso de organización obrera y la pulseada con la patronal negrera de Cresta Roja.



Rebelión antiburocrática


La lucha librada hace dos semanas triunfó con los métodos de la clase obrera. Paro y bloqueo de la planta hasta conseguir todas las reivindicaciones que se reclamaban. Sostuvieron, además, un corte en la Ruta Nacional 205 durante tres días y una movilización al municipio de Ezeiza para reclamar que tome cartas en el conflicto. A lo largo de todo este proceso, el actual cuerpo de delegados fue un elemento a disposición de la patronal y el sindicato de la Alimentación para maniobrar contra el conflicto. El caso más claro fue el día anterior a la movilización al municipio, cuando los delegados quisieron hacer pasar un acuerdo idéntico al que el día previo se había rechazado en asamblea conjunta de las dos plantas.


De este proceso, los trabajadores sacaron la conclusión de que los actuales delegados no representaban sus propios intereses, sino los de la empresa y juntaron las firmas necesarias para reclamar al sindicato un plebiscito por su destitución. El pasado jueves se realizó la votación que tuvo como resultado 699 votos por la destitución y tan sólo 24 votos en contra. Esta votación obviamente muestra el agotamiento, no sólo con los delegados de Cresta Roja, sino con la conducción de la verde de Morán en el sindicato.



Nuevas pulseadas con la patronal


Al día siguiente del plebiscito, los trabajadores se vieron obligados a iniciar un nuevo paro, ante la enésima provocación patronal. Esta incumplió una vez más el pago del medio aguinaldo de junio, cuyo cobro estaba incluido en el acta que culminó el conflicto anterior. Debían cobrarlo este 13 de agosto y aún no lo hicieron. Estamos frente a una empresa que ha engordado en forma fantástica los subsidios del Estado, pero no se resigna en tratar de quebrar la organización obrera en curso, para poder avanzar en una reestructuración con despidos y pagos parciales de sueldo como práctica regular.


La gran tarea de la hora es poner en pie un cuerpo de delegados que represente los intereses de los trabajadores para conquistar la estabilidad laboral frente al plan de ajuste de la empresa y constituir una agrupación clasista en la planta para impulsar y respaldar este propósito. En este punto, los trabajadores de Cresta Roja pueden nutrirse de importantes experiencias en la zona, como los plásticos de Mascardi, los gráficos de Morvillo o los papeleros de Kimberly Clark y Smurfit. Es clave rodear de solidaridad a los trabajadores de Cresta Roja en estos momentos que están pugnando por poner en pie su organización independiente del Estado, la burocracia sindical y la empresa.