Sindicales

17/10/1995|469

En Río Negro se plantea la huelga general indefinida activa

A partir de las grandes manifestaciones de lucha popular del pasado 5 de octubre –el ‘Rocazo’ y el ‘Viedmazo’–, la movilización popular en Río Negro es verdaderamente excepcional.


Después del ejemplo de las ocho horas de lucha callejera del ‘Rocazo’ y de las varias horas de lucha callejera nocturna del ‘Viedmazo’ –donde varios miles de jóvenes y trabajadores se enfrentaron a pie firme a la bárbara represión policial y de la gendarmería– no ha pasado un solo día sin que se registraran grandes manifestaciones de masas en las grandes y pequeñas ciudades. Las movilizaciones de Villa Regina y San Antonio Oeste fueron las mayores de su historia; en el Bolsón hubo una manifestación de 1.000 personas, ¡el 10% de la población de la ciudad!; en Bariloche —frente a la reunión de presidentes— manifestaron más de 5.000 personas.


También continuaron las ocupaciones de edificios públicos, fundamentalmente por parte de los maestros. En Catriel, Ingeniero Huergo y en Bariloche se ocuparon las municipalidades; en San Antonio Oeste, los maestros, acompañados por los padres, ocuparon la radio municipal para difundir sus denuncias, enfrentar las mentiras difundidas por el gobierno y llamar a la movilización.


El jueves 11 de octubre, una huelga general de los gremios estatales paralizó a una provincia ya paralizada por las huelgas parciales de los gremios y las manifestaciones populares.


Lo fundamental de las manifestaciones rionegrinas de la última semana es que se han convertido en manifestaciones políticas de masas, que engloban a sectores explotados mucho más amplios que los trabajadores estatales. En San Antonio Oeste, “todo el pueblo –gremios estatales, estudiantes, padres, organizaciones intermedias– salió a la calle”; la manifestación en El Bolsón fue muy superior, por supuesto, al número de empleados estatales de la ciudad; en la movilización de los jubilados de Viedma participaron numerosos trabajadores en actividad y estudiantes secundarios.


En el ‘Rocazo’ y el ‘Viedmazo’, tuvieron una participación decisiva los jóvenes de los barrios más empobrecidos. Así lo presenta el Diario de Río Negro (7/10): “‘Tiro piedras porque los docentes no cobran’. ‘Estoy acá para defender al barrio’. Así se autodefinieron … aquellos a quienes la policía tildó de ‘revoltosos’ en su particular nomenclador … ante un periodista de la FM Antena Libre que estuvo junto a ellos en lo más duro del combate del jueves … Con lo espinoso que resulta abordar el tema, parece haber un punto en común: quienes sostuvieron el grueso de los enfrentamientos no fueron los mismos empleados estatales que participaron de la movilización. Más bien se trató de los desheredados que nada esperan y que tienen muchas cuentas que cobrarse con la policía”.


Que se trata de manifestaciones políticas de masas lo reconoció un jefe policial, cuando dijo que “esto no se arregla con plata” (ídem).


Intervenida … por el Banco Mundial


Mientras las masas rionegrinas se movilizan, el gobierno nacional, el gobierno provincial saliente (Massaccesi) y el electo (Verani) arman “en silencio” (Río Negro, 11/10), es decir, conspiran.


La línea maestra de la conspiración la fijó el Banco Mundial, al decir que no habría préstamos para Río Negro a menos que se privaticen el Banco de la Provincia y la empresa provincial de energía (Erse). Massaccesi, en consecuencia, hizo aprobar una ley que garantiza que la provincia se hará cargo, con los recursos coparticipados, de la totalidad de las deudas incobrables del banco provincial. Días más tarde, y por decreto, ordenó la privatización del 51% de las acciones de Erse … ¡cuando la ley en vigencia —impulsada por el propio Massaccesi— establece que la mayoría accionaria debe quedar en manos de la provincia! Por su propia cuenta, el electo Verani anunció la privatización de la Dirección Provincial de Aguas.


Pero el Banco Mundial exige también la reducción de los salarios y jubilaciones y la destrucción de la salud y la educación públicas. Su’auditor’, Cavallo, ya dio su visto bueno al ‘ajuste’ que le presentó Verani, que plantea la eliminación del plus por zona desfavorable –el 15% de la masa salarial–,  y de otros adicionales, hasta producir una reducción del 30% de la masa salarial de la provincia y el pago parcial de los salarios (y de las deudas) en bonos. Sobre esta base se habría armado un ‘paquete financiero’ de ‘ayuda’ en seis cuotas, que permitiría pagar los salarios hasta enero.


La política de la burocracia


Al ‘paquete financiero’ le corresponde un ‘paquete político’, que incluye el sostén de Massaccesi hasta el final de su mandato y su designación como senador nacional.


Desbordada por la movilización popular, la burocracia sindical, mientras tanto, ha maniobrado para imponerle su política, que es la de ‘consensuar el ajuste’. Apoyó la privatización del Banco de la Provincia y de la empresa de energía con el ‘argumento’ de que, de esa manera, se podrían pagar los salarios atrasados, y después de haber recibido —según dice— ‘garantías’ sobre la estabilidad de los trabajadores. Es claro para cualquiera que esas ‘garantías’ son papel mojado, que en ningún caso justifican la confiscación del patrimonio estatal y de las finanzas provinciales en beneficio de un puñado de pulpos.


La burocracia sindical rionegrina está siguiendo la misma política que la que llevó a la derrota las movilizaciones contra el ‘paquetazo de emergencia’ de Mestre en Córdoba. La UPCN ya se ha pronunciado incluso por la aceptación del pago parcial de los salarios en bonos (Río Negro, 11/10).


Para evitar la derrota es necesaria una consigna de conjunto: la apertura de los libros de la provincia, de las empresas estatales y de los capitalistas, para que los trabajadores investiguen quién vació la provincia y se expropie a los vaciadores.


El ‘mensaje’ de cada una de las piedras de los manifestantes del ‘Rocazo’ está claro: ¡Que la crisis la paguen ellos!