Sindicales

21/8/2014|1328

Encarar en serio la lucha del subte

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Encarar en serio la lucha del subte (2)




Con un paro de dos horas, el sindicato del subte protestó por el incumplimiento de reformas de boleterías -acordadas hace un año- para la seguridad de los trabajadores y por las suspensiones aplicadas a los compañeros que en su momento reclamaron por ese incumplimiento.

Una provocación que es parte de una ofensiva más general de la gestión macrista: sanciones generalizadas, persecución judicial a trabajadores que manifestaron su apoyo a los petroleros condenados de Las Heras, pedidos de desafueros a delegados de la AGTSyP. Toda una política represiva que pretende quebrar la resistencia de los trabajadores al ajuste en marcha, con el fin de extender la red subterránea con el mínimo de personal y sin el material necesario.

El resultado es el abandono (gravísimo) del mantenimiento y la seguridad de las formaciones; sobrecarga de trabajo y alteración de los descansos; adquisición de material obsoleto, que obliga, como en la Línea B, a reformas estructurales y operativas estrafalarias.
Todo esto acompañado de un manejo oscuro de dinero. El aumento sideral del pasaje, más de 300 por ciento bajo gestión Macri, coexiste con la tercerización fraudulenta del mantenimiento mecánico, que los delegados han denunciado pública y reiteradamente.

El destino del fondo especial para el financiamiento del subte -a partir de impuestos, sellos, peajes- es totalmente desconocido. El sistemático ataque a los “metrodelegados” y las intrigas para enfrentarlos a los pasajeros persigue el fin de tener manos libres para hacer del subte una caja negra de recaudación y negocios propios.
La Agrupación Trabajadores de Metrovías apoyó y participó del paro, pero con el planteo de dar continuidad a esta acción, bajo la forma de un plan de acción que frene la ofensiva macrista y reclame la solución de tantos agravios y reivindicaciones postergadas.

La conducción del sindicato, de fuerte impronta kirchnerista, rechaza esta orientación. En la conferencia de prensa que precedió al paro repetían: “estamos esperando que nos llamen para evitar este paro que no le conviene a nadie”. Tenemos una conducción inconsistente para encarar las luchas necesarias, que piensa antes en la conveniencia de los K que en las necesidades de los trabajadores.

Sergio Villamil