El paro fue decretado fundamentalmente por los gremios de servicio como UTA, Aoita (transporte interurbano), Luz y Fuerza, municipales, camioneros, bancarios, entre otros. También adhirió por primera vez el gremio de los recolectores de residuos, cuya dirección es ultra K. De los gremios industriales adhirió la alimentación, pero el paro se sintió también en las plantas automotrices por el paro en Cargo (camioneros).

 

El delasotismo boicoteó el paro; los burócratas de la CGT oficial (empleados públicos, docentes, Smata, UOM) decidieron no parar. Sin embargo, las escuelas estuvieron vacías al igual que las dependencias oficiales. Un gran plenario de toda la oposición docente había votado el sábado participar activamente del paro en el piquete en el Puente Centenario.

 

El gremio de empleados de comercio, dirigido por el massismo, también carnereó, pero los comercios terminaron cerrando por la falta de clientes. El centro de la ciudad estuvo vacío.

 

La burocracia evitó cualquier medida de movilización o piquetes. El Frente de Izquierda lideró un corte masivo del puente Centenario en el ingreso al centro, levantando la única tribuna de defensa de los trabajadores en la jornada, mientras los “opositores” al gobierno carnereaban la lucha.