El congreso plástico fue un reflejo claro de la descomposición de la burocracia sindical. Los burócratas de los sindicatos chicos se fusionan como socios menores de las grandes compañías de salud porque ven amenazadas sus posibilidades de seguir controlando los recursos de sus obras sociales. Con esta medida, sin embargo, se acaba la Obra Social como beneficio para el trabajador y comienza  un negociado para la empresa norteamericana IMG. Además de la arancelización de las atenciones médicas, se fusionan los consultorios externos, mientras que la burocracia vende propiedades para ingresar con más capital a la nueva sociedad. El resultado es que el sindicato pierde propiedades, que pasan a una sociedad privada, y los trabajadores tienen ahora por zona centros de atención médica cada vez más caros y distantes de sus domicilios.

La discusión de paritarias del congreso fue de ‘ablande’. Las empresas plásticas quieren modificar radicalmente los viejos convenios. En líneas generales, en Córdoba, San Luis, San Juan y la zona Norte bonaerense, quieren imponer los sistemas “americanos” , que liquidan el viejo sistema de extras y vacaciones.

El trabajador por contrato ocupa ya un 35% de los trabajadores del gremio, muchas patronales ya imponen nuevas formas de trabajo a los contratados. Además, como lo denunciaron los compañeros de San Luis, el gremio acepta una rebaja salarial.

Estamos a menos de un mes de las nuevas elecciones del gremio. La lista opositora no abrió la boca en el congreso, mientras denuncia en sus volantes que los dirigentes son corruptos. Es necesaria una coordinación de los delegados que están surgiendo, para impedir que en el gremio plástico también se imponga el convenio Fiat-Smata. Y para echar a los Mastrocola y compañía que sólo son títeres de Triaca.