-¿Qué plantean para las elecciones?

 

-Yo voy de candidato adjunto en la Lista Naranja. La elección se caracteriza por un gran desprestigio de la directiva. Nosotros somos la única alternativa que hay para los compañeros. La división de la oposición fue resultado de una maniobra antidemocrática de la otra lista de izquierda, que pretendía poner a dedo los puestos más importantes de la lista sin ir a una votación. Nosotros no aceptamos esa condición que reproduce los mecanismos de la actual directiva. Ambas listas comparten la política de no respetar el método asambleario, que es lo que nosotros no negociamos. Es lo que nos diferenció siempre de la UTA y se basa en que cada compañero pueda usar su sano juicio y discernimiento para votar y debatir qué es lo que quiere para el Subte. Nosotros vamos con la Naranja y, más allá de la división de la oposición, creemos que tenemos grandes chances de pelear la directiva porque tenemos una lista muy representativa.

 

-Y el antecedente de las elecciones de la CTA, ¿cómo influye?

 

-El ingreso a la CTA lo impuso la directiva hace cinco años con esos mismos métodos antidemocráticos, a espaldas de los trabajadores. Por eso, en 2010 llamamos a no votar. Pasaron cuatro años y en las nuevas elecciones pensamos que era importante participar. Había que darles la pelea política porque sino al día siguiente de la elección la directiva iba a decir que en el Subte ganaron Pianelli y Segovia. Nosotros queríamos dar esa pelea política. La otra parte de la oposición llamó muy activamente a no votar y no participar. Sacamos el 35% y podríamos haber ganado de no haber mediado esa campaña. Si la gente hubiera votado libremente habría sido otro el resultado. De todas maneras, tuvimos un crecimiento impresionante, la gente entendió ese proceso y se está viendo en la Lista Naranja. Compañeros que había votado a la directiva anterior y compañeros que vieron la política antidemocrática de la otra lista de oposición están reconociendo el proceso que se dio en la CTA y a la Naranja.