Sindicales

26/12/1996|525

Está en marcha otra ‘Cooperativa’

Al igual que lo ocurrido en la línea 98 de Quilmes, la patronal ha puesto en marcha en esta empresa de 300 trabajadores la mentada ‘Cooperativa’, con el aval de los delegados, que hoy están ‘desaparecidos’ de los lugares que solían frecuentar.


Las promesas de un salario piso de 950 y ganancias siderales, dieron lugar a un gran debate en el seno de los trabajadores, 40 de los cuales no aceptaron la ‘Cooperativa’, no pasaron a ser autónomos y no aceptaron un mes de ‘experiencia’ de licencia sin pago.


La patronal despidió a 4 activistas que hacían propaganda en contra de la ‘Cooperativa’, y que se resistían a aceptar el nuevo régimen de trabajo que la empresa les impuso a los que quedaron como ‘obreros’. Resistían agarrar una sola extra, resistían los cambios de turnos arbitrarios y toda la política de la empresa para desmoralizarlos y para que renunciaran.


La dirección de la UTA sólo realizó tibias gestiones negándose a la ‘Cooperativa’, aun cuando es perfectamente consciente de que la generalización de estas experiencias implica la desaparición de gran parte del gremio. En la delegación Oeste del gremio, sólo hubo una acción (se ocupó por un día la empresa y no salieron físicamente bien los delegados que aceptaron la ‘Cooperativización’). Esta sola acción permitió la reincorporación de los despedidos, pero luego de esa acción la empresa mantiene la ‘Cooperativa’.


A raíz de la experiencia de la 98, aun los que aceptaron la ‘Cooperativa’ por consejo de los delegados son reticentes a aceptar que ésa sería una solución de fondo. La discusión de los estatutos internos de la misma, a corto plazo, se convertirá en un ‘boomerang’ contra los ‘cooperativistas’, pues ahora éstos trabajan 12, 14 y 16 horas diarias, buscando hacer diferencias en este trabajo a destajo, pero este sistema a corto plazo se quiebra y comienzan a cometerse graves errores, producto de esta auto–superexplotación.


Es necesaria una gran campaña para hundir la ‘Cooperativización’ o desaparecerá el convenio de la UTA, suplantándolo por el liso y llano trabajo a destajo sin aguinaldos, vacaciones, ni obras sociales.


Es necesaria la elección de delegados entre los que siguen para que puedan defenderse de la voracidad de los nuevos patrones.