Sindicales

19/8/2010|1142

Massuh: es necesario un cambio de política

-Exclusivo de internet

En una reciente asamblea, que reunió a 75 mensualizados, se aprobó formar una comisión cuyo objetivo es elaborar un plan de lucha. Entre las propuestas, se tomó en cuenta la de la comisión interna de la papelera Kimberley de concretar un acto-festival en la puerta de la ex Massuh, con el concurso de todas las organizaciones y partidos que vinieron apoyando la lucha de sus trabajadores.

Massuh fue cerrada hace dos meses y el el conflicto está empantanado. En las filas de los mensualizados ha prevalecido es una línea de desmovilización y quietismo con el argumento de que no hay que enturbiar las tratativas con el poder político nacional, provincial, municipal y legislativo. Es la línea que promueve la burocracia CTA, que apadrina políticamente a la interna y que ha resuelto afiliarse a la central en apoyo a la fracción. La política de apaciguamiento no ha servido para abrir una salida favorable, fue contribuyendo a que se vaya produciendo un progresivo desgaste en la masa de trabajadores.

Entre bastidores se plantea que la reapertura “avanza” con la conformación de una cooperativa que reunía a 160 compañeros. Pero eso no es ninguna garantía de que la planta se reabra. No existe, además, el mínimo indicio sobre su financiamiento. El Estado se ha desembarazado de toda responsabilidad a partir del pago de la indemnización y no ha dado la más mínima señal de estar dispuesto a aportar un solo peso más. De acuerdo a las últimas informaciones, ha dejado una tendal multimillonario de deudas entre los proveedores que ascendería a 15 millones de pesos.

Quien se ha borrado también es el municipio de Quilmes. Ni el “Barba” Gutiérrez, intendente del distrito ni su secretario de Producción, que, en el pasado, se jactaban de ser los abanderados de la recuperación de la fuente de trabajo, dan señales de vida. Ahora que los K le han bajado el pulgar a Massuh, sus laderos locales han metido violín en bolsa.

Por otro lado, la Federación papelera comandada nacionalmente por Alari boicotea la cooperativa y señala que, en un plazo de dos meses, viene un inversor privado, aunque ya ha adelantado que la ex Massuh estaba sobredimensionada y que quedaran afuera una parte del personal, en particular, los mensualizados. Pero, aun así, hasta ahora, la salida de Alari y compañía no pasa de una expresión de deseos.

En resumen, de uno y otro lado no hay nada concreto y lo único efectivo es que la planta sigue cerrada. Hay que establecer un cambio de estrategia. La comisión nombrada debería concretar lo resuelto y poner en consideración a la brevedad una propuesta de plan de lucha e impedir que la formación de la comisión termine convirtiéndose en una maniobra dilatoria. Un plan de lucha debería arrancar con una asamblea general, de jornalizados y mensualizados apuntando a quebrar la división que fogonea la burocracia. Debe contemplar movilizaciones, cortes y carpa frente a la fábrica para forzar una salida a favor de los trabajadores. Hay que apelar a los mismos métodos con los cuales arrancamos la reapertura el año pasado. Lo de la CTA, como lo de la Federación Papelera, es un camino de derrota.