Hace aproximadamente tres meses, la fábrica de co­hetes Pacífico, ubicada en San José (Tucumán), sufrió una terrible explosión. La fábrica dejó de funcionar y las familias de los trabajadores (cerca de 100) quedaron a la deriva. El patrón de­sapareció y dejó una deuda con los obreros que ya asciende a tres quincenas.

Las épocas de las fiestas ya se acercan y la patronal quiere volver a poner en funcionamiento la fá­brica, pero sin pagar nada: es de­cir, borrón y cuenta nueva. Los tra­bajadores se han puesto en pie de guerra, realizaron asambleas y la consigna es que se pague todo lo adeudado. En una reunión recien­te, el patrón dijo que sólo pagaría el 50%. Los trabajadores dieron un no rotundo a la oferta, lo que cau­só la desesperación de la burocra­cia química, que trató de intimidar y engañar a los trabajadores para que firmen.

El precio de los artículos que se producen en la fábrica ha aumen­tado en el mercado en más de un 50%. Por el contrario, el salario de los trabajadores se mantiene con­gelado en 200 pesos por quincena. No se paga ningún adicional por trabajo insalubre. La fábrica es un galpón que no cumple con ninguna norma de seguridad y paga sueldos diferenciados a hombres y muje­res.

El gobierno permite retirar mercadería aun con la fábrica clau­surada; el sindicato conspira con­tra los trabajadores… Hay que con­tinuar la lucha. Asamblea conjun­ta, por el pago íntegro de lo adeu­dado, por un aumento salarial in­mediato. Reapertura inmediata de la fábrica.