Fate: reinstalación de huelguista despedido

La lluvia obligó a que un acto –reclamando la plena reinstalación de los 14 compañeros que, desde su despido en 2008, vienen litigando contra la patronal de Fate– se trasladara de la puerta de fábrica a media cuadra, a la sede del sindicato Sutna de San Fernando. Allí hicieron uso de la palabra numerosas delegaciones obreras. Néstor Pitrola llevó la adhesión solidaria de la Lista 3, Frente de Unidad Clasista de la CTA, y del Partido Obrero. El PO estaba presente con una importante columna del comité San Fernando, con pancartas que reclamaban la reincorporación de los 14 trabajadores.

Horas antes, Mansilla recibió la carta documento de reincorporación efectiva. Otros cinco compañeros ya tienen sentencia favorable en la Cámara, pero la patronal se niega a acatar el dictamen judicial.

Antes de la entrada del turno tarde, se realizó una marcha desde la sede del Sutna hasta la puerta de fábrica. En horas de la mañana, el cuerpo de delegados trató de organizar un abandono de tareas para las 13 horas, pero no logró concretarlo.

No obstante, la noticia de la futura incorporación de Mansilla reforzó el ánimo obrero. Mansilla se reincorporó a trabajar 48 horas después.

Un primer paso importante que ahora hay que profundizar reclamando la reincorporación inmediata de los otros 13 compañeros en similar situación. Los obreros de Fate realizaban colectas todas las quincenas para ayudar a sostener a las familias de los despedidos y arrancaron modestos subsidios por parte del sindicato. En varias oportunidades, convocaron actos y movilizaciones contra las persecuciones sindicales a delegados y activistas y por la reinstalación de los 14.

Sin embargo, la patronal quiere embarrar la cancha y estirar todo lo posible –o bloquear– el reingreso de los otros 13 despedidos, alargando el tramité en la justicia, etc.

Es también un paso para encarar la lucha por las condiciones de trabajo del convenio colectivo de trabajo (eliminación del trabajo obligatorio los domingos, insalubridad, efectivización de contratados, incorporación plena de los premios al básico, etc.) que debe ahora iniciarse. Una asamblea general debiera unir ambos reclamos –la reincorporación plena de los otros 13 despedidos, el convenio de trabajo– en una lucha común. El punto estratégico en discusión es si la fábrica y la seccional abren un rumbo propio de los trabajadores de Fate, o actúan sólo como factor de presión de la burocracia de Watsejko, de espaldas a toda la lucha por la reincorporación.