Sindicales

10/12/2009|1112

Fatel: Congreso pro CGT con apoyo de la CTA

Se realizó un congreso extraordinario de la Fatel (Federación Argentina de las Telecomunicaciones), que agrupa  los sindicatos telefónicos de Foetra Buenos Aires, Chaco, Santa Fe, Rosario, Tucumán y Luján. Esta federación fue el gran proyecto antimenemista del moyanista Iadarola y su adjunto Marín de Foetra Buenos Aires y la CTA, contra la Foessitra, emparentada con los gordos, la privatización y la flexibilidad laboral.

Pero el objetivo de este congreso fue reformar los estatutos y votar la incorporación a la CGT.

Duró exactamente una hora de deliberación y votación, más allá de todas las ceremonias, y no se fijó posición ni se discutió sobre ninguno de los problemas que interesan a los trabajadores (rechazo al convenio de flexibilización laboral firmado por la Foeesitra, salarios, etc). No se permitió mocionar por la reapertura de las paritarias o un doble aguinaldo porque eso estaba “fuera del temario”.

La reforma del estatuto ha creado dentro de la Fatel un nuevo órgano: “el Plenario Nacional de Secretarios Generales”, figura clásica de todas las burocracias para restringir toda deliberación.

Un órgano similar, pero en la Foeesitra, acaba de firmar el convenio que viene a reforzar la flexibilización laboral, sólo con la aceptación de los secretarios generales.

Claudio Marín -como adjunto, una de las víctimas de la reforma de estatutos- y dos congresales de la CTA se abstuvieron a la hora de votar, reivindicando en todo momento la “unidad con CGT”. Impedidos de votar, según ellos, por falta de mandato lo que es un bolazo porque son dirección de la poderosa Foetra y pudieron –y debieron– tener mandato de la asamblea general del gremio.

¿A qué vamos a la CGT? ¿A apoyar al gobierno y los techos saláriales?

Los congresales de la Naranja intervenimos en el congreso de la Fatel a través de un planteo político difundido en el Congreso. En él propusimos el voto en contra a partir de una delimitación del convenio flexible de Foessitra, se planteo la ruptura del CGT y la CTA con el gobierno y sus topes salariales y sus enjuagues con las telefónicas, a cuya medida hizo la ley de medios.

El congreso, en sí, fue completamente burocrático y representa un paso objetivo hacia la unificación con la Foeesitra, que integra la mesa directiva nacional de la CGT. Este congreso pone de relieve la completa impasse de la política de la CTA en el gremio, plegada a un frente estratégico con la burocracia kirchnerista de Moyano. Marín va a dar cátedra al subte sobre cómo firmar la paz social en nombre de la CTA, mientras en su gremio, se abstiene cuando se vota la incorporación de Fatel a la CGT, si esto no preanuncia un enjuague pro kirchnerista CGT-CTA, que no valga, por lo pronto ambos trabajan en cada huelga como bomberos del kirchnerismo y las patronales.

Un matiz del congreso lo dieron las agrupaciones Violeta (PTS), Roja (IS) y un par de personas llamadas independientes con una declaración común que no se pronuncia sobre este acuerdo CGT-CTA, que está en la base de la política del gobierno kirchnerista.